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El inefable Trump espera recibir la investidura republicana el próximo 27 de agosto, nada menos que en Jacksonville, una ciudad del noreste de La Florida.

Allí, la Convención Nacional Republicana proclamará a bombo y platillo y de manera oficial la candidatura del actual presidente para las elecciones de noviembre próximo. La sede no es una elección casual, sino un intento de congraciarse con la derecha cubana y venezolana asentada en La Florida.

Recordemos que en 2016, Trump ganó ese estado por un estrecho margen del 49 por ciento frente al 47, 8 de la entonces candidata demócrata Hillary Clinton.

Ahora, el mandatario busca asegurar y quizás ampliar esa base electoral con lo que se espera sea una multitudinaria reunión, a pesar del creciente azote del nuevo coronavirus.

Peligro de contagio

En la Convención Nacional Republicana, prevista para agosto, deben participar unas 40 mil personas, una cifra que ha levantado las alarmas sanitarias, pues La Florida es uno de los estados con mayor número de infectados con el nuevo coronavirus.

Por eso, un grupo de 200 médicos advirtieron en una carta abierta al alcalde de Jacksonville, Lenny Curry, que esa reunión es un acto extremadamente peligroso. En ese estado se han reportado más de 380 mil infectados y unos 5 mil 500 decesos, por lo que el riesgo para la salud es muy grande.

La proclamación de la candidatura republicana había sido suspendida antes en Carolina del Norte también por razones sanitarias.

Ahora, habrá que ver qué pasa en La Florida, una plaza apetecida por Trump en las elecciones de estos tiempos de pandemia.

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