Las noticias falsas, ahora llamadas con el rimbombante nombre de Fake News, alimentan por estos días una disparatada serie de teorías de conspiraciones, en particular en Estados Unidos.

Más allá de la mentira subyacente, y que los medios amplifican, muchas de esas ilusorias suposiciones, apuntan a reforzar una eventual reelección del mismísimo Donald Trump.

Una de las más locas y abiertamente trumpista es aquella que enarbola un grupo conocido como Q-anon que asegura que el actual presidente estadounidense es un elegido divino para luchar contra una perversa élite.

De acuerdo con ese invento, la actual pandemia solo busca crear un nuevo orden mundial a partir de, oiga bien, vacunas para controlar a la población. Habría que reírse, si ese disparate no tuviera un trasfondo político tan serio.

A favor de Estados Unidos

Una de las más difundidas teorías CONSPIRANOICAS asegura que China creó el nuevo coronavirus como un arma biológica para apoderarse del mundo. Una variante de ese invento asevera que aunque nació de manera natural, científicos chinos liberaron a la COVID-19 con el mismo fin.

Claro que cualquiera que sea el invento, Estados Unidos aparece como víctima y eventual salvador del mundo.

Pero no cualquier Estados Unidos, sino el Estados Unidos de TRUMP, el gobernante que a toda costa busca la reelección, aunque tenga que reabrir el país y reactivar la economía sin haber controlado aún la pandemia.

Esas conspiraciones sin pies ni cabeza, que circulan por ahí, y que siempre favorecen al presidente estadounidense, no son más que una colosal manipulación en estos tiempos de pandemia.