Apenas una semana después de un grave incidente en el Mar Negro entre un destructor británico y un guardacostas ruso, la Organización del Tratado del Atlántico Norte comenzó una gran maniobra militar en esa zona.
La OTAN, que ha sido el caballo de batalla europeo de Estados Unidos, se lanzó ahora de cabeza en un amenazante ejercicio bélico, el más grande en décadas.
En las cercanías de las aguas y costas de Rusia se despliegan ahora 32 buques, 40 aviones y helicópteros, así como 5 mil soldados.
Con Estados Unidos a la cabeza, la maniobra Brisa Marina convierte al Mar Negro en la más peligrosa zona en estos tiempos de tensión entre Moscú y Occidente.
Y hay varias potencias nucleares involucradas en ese ejercicio que, además, tiene la participación de tropas de Israel, Marruecos, Japón y Corea del Sur, entre otras.
Escalada de tensiones
Moscú, por supuesto, vigila de cerca la maniobra Brisa Marina que realiza la OTAN en aguas del Mar Negro. Incluso, el Kremlin ha sido claro al advertir que el país reaccionará en caso de ser necesario.
Las agresivas acciones del bloque atlantista han avivado una escalada de las tensiones político-militares en Europa, donde Estados Unidos trata de empujar a sus aliados.
Esa es la consecuencia directa de la más reciente gira europea de Joe Biden, quien en las Cumbres del Ge-7 y de la OTAN, llamó a enfrentar a Rusia y China.
No es una idea nueva, ni siquiera los métodos, pero es una decisión peligrosa que puede desatar un conflicto de impensables consecuencias en el que todos serán perdedores.
Washington y la alianza atlántica avivan la hoguera militar, sin detenerse a pensar que peligrosamente el Mar Negro se calienta.