Washington, EE.UU. – La ciudad de Washington está protegida por unos 20 mil efectivos de la Guardia Nacional, una cifra superior a la suma de los soldados norteamericanos desplegados en Iraq, Afganistán y Siria.

La capital estadounidense se atrinchera ante la posibilidad de que el próximo miércoles ocurra otro suceso similar al reciente asalto al Capitolio.

Ese día, Joe Biden entrará en la Casa Blanca como presidente y Donald Trump saldrá por la puerta trasera a contrapelo de sus aspiraciones y de los deseos de las frustradas hordas que lo respaldan.

El  FBI vigila a grupos armados que se preparan para tomar por asalto edificios gubernamentales en Washington y en los cincuenta estados de la Unión.

Es el resultado de la retorcida retórica de Trump que todavía se atreve a decir sin pruebas que los demócratas le robaron la victoria electoral.

Inusual despliegue

Las autoridades norteamericanas comienzan a preparar cargos legales contra algunos de los asaltantes al Capitolio por tener la intención de capturar y asesinar a funcionarios electos.

Videos, fotos y amenazas escritas forman parte de las pruebas que acopian los fiscales para presentar imputaciones por delitos graves contra varios miembros de la horda trumpista.

Por otro lado, reciben una especial custodia policial los 10 congresistas republicanos que junto a los demócratas votaron en la Cámara de Representantes a favor de la destitución de Donald Trump. 

Visto lo visto cualquiera sabe qué se le puede ocurrir a otro loco fanático alentado por la retórica del presidente saliente, cuyos dislates obligaron a un inusual despliegue de la Guardia Nacional, que demuestra que hoy Estados Unidos, tiembla ante Estados Unidos.