La Habana, Cuba. – La profunda transformación económica que vive el país ha coincidido con el enfrentamiento a una mortal pandemia para poner a prueba nuevamente las fuerzas de la nación.

Tanto una como otra, son tareas que necesitan de la participación responsable de todos para preservar la salud de la gente y al mismo tiempo sanar a la economía nacional.

Pudiera parecer extraño, pero las dos tareas tiene un nexo invisible en el hecho de que si se mejora el cuerpo económico, habrá a la larga un beneficio en el sistema de salud, y al mismo tiempo con una sociedad saludable, la maquinaria económica podrá funcionar sin problemas.

Nadie ha querido la coincidencia, que ha sido una imposición de la vida, pero lo cierto es que el país no podía seguir esperando para ordenarse, ni dilatando el momento de crear las condiciones para que la eficiencia reine al fin. 

Con todos

El ordenamiento trae modificaciones esencialmente económicas, pero que tienen una resonancia en lo social y por eso impacta en todos los resquicios de la sociedad.

Más de 200 economistas, funcionarios y políticos han diseñado los cambios, pero la tarea es tan monumental que es imposible abarcar todos los detalles, de ahí la importante retroalimentación que está teniendo el gobierno a partir de los criterios de la gente.

Es la misma voluntad popular que se necesita ahora para volver a meter en cintura al nuevo coronavirus, ese enemigo mortal y silencioso que se esconde en cualquier rendija.

Solo con el acompañamiento responsable de todos irán adelante el ordenamiento económico y el enfrentamiento a la pandemia con la certeza de que, como canta Cándido Fabré al frente de una sabrosa conga: de esta salimos