La Habana, Cuba. – La oficialización de un Fondo de Daños y Pérdidas para países vulnerables puede anotarse como uno de los logros de la Conferencia sobre Cambio Climático, que transcurrirá hasta el próximo día 12 de diciembre en Dubái.

Aunque el asunto primordial es el primer Balance de lo cumplido en torno al Acuerdo de París, de 2015, porque remarcará las insuficiencias en el propósito de que el aumento del calentamiento global no exceda el 1, 5 grados centígrados, la adopción del Fondo constituye un paso adelante.

Si algo está lastrando la materialización de los acuerdos es, precisamente, la falta de financiamiento para que los países pobres puedan honrar los compromisos en la mitigación de gases de efecto invernadero y, al propio tiempo, que las naciones del Norte desconocen su responsabilidad como mayores emisoras.

Reconocer las asimetrías

Las responsabilidades son comunes, pero deben asumirse de manera diferenciada, como recordó el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel al intervenir en el foro de la COP 28.

Según el titular de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, hasta el año 2025 se necesitan 40 mil millones de dólares del mundo industrializado para paliar la depredación del clima.

Es imposible que naciones sin recursos y primeras víctimas, además, del sobrecalentamiento global, puedan participar en su enfrentamiento en iguales condiciones que las ricas.

El dinero ofrecido para engrosar el Fondo de Compensación resulta aún muy insuficiente; pero se han tomado en cuenta las asimetrías, y escuchado los reclamos de asistencia financiera del Sur. Es un avance, aunque quedan muchos retos todavía.