La Habana, Cuba. – Un total de 79 ciudades de una decena de estados han sido visitadas en dos meses por el expresidente brasileño Luis Inacio Lula Da Silva, de cara a las elecciones de octubre del próximo año.

El carismático líder del Partido de los Trabajadores, o PT como todos lo llaman, ha vuelto a filas ante el desmadre político y económico que vive el gigante sudamericano luego del golpe parlamentario que defenestró a Dilma Rousseff y alzó al desgobierno de Michel Témer.

Ahora, a inicios de diciembre, Lula recorrerá el estado de Río de Janeiro para hacer campaña como parte de esa gran gira que reedita las Caravanas de la Ciudadanía, realizadas entre 1993 y 1996, cuando estuvo en 359 ciudades y seis años después, el exdirigente sindical se convertía en el primer presidente obrero de Brasil.

Recuperar la herencia del PT

Lula ha dicho que prepara un programa para construir el futuro de Brasil, precisamente a partir de lo que quiere y necesita el pueblo. Por eso, en cada punto en que se detiene como parte de su gira, asiste a actos en universidades populares creadas por el PT o a reuniones con pequeños agricultores para defender políticas sociales que han sido reducidas o desmontadas por la administración de Témer.

La derecha, que aún sufre la urticaria de doce años de gobierno del Partido de los Trabajadores, sabe que esa agrupación puede volver a cambiar el rumbo de Brasil y por eso hace lo imposible por sabotear la campaña del expresidente, cuya popularidad aún supera a la de todos los políticos en activo.

Saben que va a poner a los pobres nuevamente en el centro de la economía y por eso se asustan ante el regreso de Lula.