Trinidad, Cuba. – Desde hace buen tiempo se viene hablando de San Isidro de los Destiladeros. Y no es para repetir la historia que de este lugar se conoce, sino porque en este sitio arqueológico ubicado en el Valle de los Ingenios, en Trinidad, se han generado noticias que tienen que ver con nuestro pasado, especialmente con el pasado colonial en la región centro-sur de nuestra isla.

Son los talleres de Arqueología Industrial, que desde inicio de la década de los años 2000 se desarrollan en esta zona, los eventos que más han catalizado la búsqueda y la historia por los que nos antecedieron.

El sitio arqueológico San Isidro de los Destiladeros nos revela las más antiguas formas de producir azúcar en Cuba, y es considerado hoy el conjunto mejor conservado dentro del área y quizás de la isla, pues es un auténtico exponente de la arquitectura e ingeniería azucarera del siglo XIX.

San Isidro y aquello que aún nos queda

Al llegar al sitio el visitante, siempre con la atención en vilo, puede apreciar los restos de los barracones que se han quedado desenterrados y las construcciones que complementaron el proceso fabril del azúcar de caña, entre ellos la destilería, el molino de barro o la casa de purgas.

Y en pie se conservan casi intactos, además, la casa hacienda y la torre campanario, destinada esta última a la vigilancia de las plantaciones del área por ser uno de los puntos más altos de toda la geografía del valle.

Exactamente la torre campanario tiene una altura de 14 metros y está compuesta por tres pisos inicialmente abiertos en sus cuatro lados a través de arcos de medio punto, en los que sobresalen, según criterio de arquitectos, los pequeños pilares ubicados en la terminación del primer nivel y los aleros en forma de cuarto de bocel en todos los pisos.