Por: Joel García

El concepto de ser una potencia deportiva no entra en contradicción con el cuarto lugar alcanzado por Cuba en los Juegos Panamericanos de Toronto, hace 4 años.

Ese puesto, o incluso el tercero, al que pudo accederse si no hubieran fallado medallas claves, está en correspondencia con la realidad y el contexto del deporte en América.

Para nuestra delegación los deportes colectivos fueron un fracaso, y por segunda ocasión consecutiva perdimos en el béisbol, ahora con un pálido bronce.

A pesar de todo lo anterior y más, hay que recordar nombres e historias que nos hicieron saltar de orgullo y emoción en tierra canadiense: Dayaris Mestre en judo, los 3taekwondocas dorados, el desempeño del gimnasta Manrique Larduet, el equipo de canotaje, la pertiguista Yarisley Silva o el maratonista Richer Pérez, por solo citar algunos.

Disfrutar el deporte en América

Un Estados Unidos inamovible en la punta de la tabla de medallas, el ascenso de Canadá y Brasil a los puestos 2 y 3, así como el bajón de Cuba al cuarto lugar fueron detalles remarcados en los Juegos Panamericanos de Toronto.

Bien organizados, con salas deportivas de primer nivel y un apoyo total del público, la lid oxigenó en calidad esas citas cuatrienales, concebidas para disfrutar y amar. ¿Qué Cuba hubiera querido más?

Es cierto, pero con el mismo coraje que mostró Richer Pérez en esa maratón mágica que cerró los últimos Juegos, la actual delegación se lanzará en Lima a revolucionar lo que merece ser revolucionado en nuestro movimiento deportivo. Esa fue la mayor ganancia de Toronto.

Así concluye este recuento histórico por las citas panamericanas. La próxima semana abordaremos los objetivos para la venidera cita.