Por: Joel García

La ciudad de Río de Janeiro le manifestó al Comité Olímpico Brasileño desde 1998 sus intenciones de albergar los Juegos Panamericanos del 2007.

Sin embargo, sólo 4 años más tarde se confirmaría la candidatura al entregar el informe final a la Organización Deportiva Panamericana.

A las disciplinas deportivas presentes en el programa olímpico, los anfitriones sumaron kárate, boliche, esquí acuático, patinaje artístico sobre ruedas, patinaje de velocidad, squash y fútbol sala en función de un mayor espectáculo.

No obstante, lo más emotivo de la justa en tierra carioca fue la fuerte pugna entre Brasil y Cuba por el segundo lugar del medallero, conquistado finalmente por los nuestros con diferencia de 7 coronas, aunque es digno reconocer que las tensiones duraron hasta casi la penúltima jornada de los Juegos.

Inolvidables momentos

Por ser de los más recientes, los decimoquintos Juegos Panamericanos en Río de Janeiro están frescos en la memoria de algunos aficionados.

En el caso particular de Cuba, el título del equipo femenino de voleibol frente a la potente escuadra anfitriona, el oro sorpresivo de Mariela González en la maratón, o el cetro de Yumari González en la ruta del ciclismo son páginas imborrables.

Asimismo, la cosecha gigante del atletismo, la lucha y el remo, resultaron puntales en el segundo lugar de nuestra delegación. Fueron unos Juegos bien organizados, como antesala de su candidatura para la cita olímpica del 2016.

Pocas quejas recibieron los organizadores en cuanto al escenario de competencia y el público respondió con asistencia y respeto, cual demostración de que serían excelentes anfitriones de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica.