Odebrecht centro de un caso de corrupción

La Habana, Cuba. – Perú anda revuelto. El expresidente Ollanta Humala acaba de ser detenido acusado de corrupción.

Vista como está Latinoamérica, ese arresto no llamaría mucho la atención, pero sucede que tras las rejas está otro exmandatario, Alberto Fujimori, hay orden de captura para un tercero, Alejandro Toledo, y un cuarto, Alan García, está bajo investigación.

Se suponía que Humala, Toledo y García reconstruyeran el país después del paso de Fujimori por la casa de Pizarro, la sede del gobierno peruano, en un período de gobierno caracterizado por la corrupción, pero también por la violación de los derechos humanos en la guerra sucia contra los movimientos insurgentes.

Humala, Toledo y García están presuntamente involucrados en la tormenta de corrupción destapada en los últimos años, vinculada al lavado de dinero y el financiamiento de obras públicas y campañas electorales.

Un escándalo mayúsculo

La trama de corrupción montada por la empresa brasileña Odebrecht  ha cobrado varias víctimas de alto perfil en el Perú de hoy.

En diciembre último, funcionarios de esa compañía admitieron ante una corte de Nueva York que habían pagado millonarios sobornos entre 2001 y el año pasado para ganar licitaciones de importantes obras públicas durante los gobiernos de los presidentes Toledo, García y Humala.

Esas revelaciones tuvieron un impacto directo sobre la política de una nación que sigue sin resolver el trauma de los diez años de gobierno de Fujimori.

Los rollos legales de los cuatro expresidentes confirman que Odebrecht regalaba millones en Perú como mismo cantaba Chabuca Granda que La Flor de la Canela derramaba lisura a su paso del puente a la alameda.