La Habana, Cuba. – La literatura para niños tiene una importancia que nadie cuestiona al constituir un elemento en el proceso de formar hombres y mujeres cultos. La sociedad actual acelera la introducción de los descubrimientos que se van realizando en las ciencias básicas y que las ciencias técnicas materializan. Estas dos líneas aparentemente paralelas, cada vez inclinan más su ángulo para converger, pues los niños necesitan entender el mundo en el que viven, además de satisfacer la curiosidad que los caracteriza.

En ese camino va el libro que comento hoy, “Viaje al interior de una computadora” publicado por la editorial Academia en el 2008, del autor Anel Hernández Garcés, especialista cubano con estudios en radioquímica.

Es un texto de 50 páginas con ilustraciones que facilitan la lectura de los pequeños. La línea argumental es sencilla, un niño con una curiosidad insaciable y una gran vocación por desarrollar equipos, se enfrenta a la nueva adquisición de la familia, una computadora. Utilizando un recurso ya visto en otros libros, la miniaturización del protagonista, el niño se adentra en el equipo y va recorriéndolo, mientras los diferentes componentes de la computadora toman vida y le explica en un lenguaje sencillo, ameno y técnicamente preciso, la funcionalidad de cada unidad y periférico.

Un reto que tiene y debe vencer la literatura infantil es el de abordar los temas científicos y tecnológicos, de no hacerse ¿Cómo lograr que los niños se interesen por esas ramas del conocimiento? ¿Cómo entender la época en que les tocó vivir cuando es común escuchar hablar en los medios sobre ondas gravitacionales, partículas elementales, nanomateriales, edición genética y otros muchísimos temas?

El autor demuestra que se puede volcar la preparación adquirida en un área del conocimiento en un lenguaje sencillo y ameno para los niños; éstos lo agradecerán.