La Habana, Cuba. – Históricamente, el Gobierno de Estados Unidos ha pretendido establecer dominación y hegemonía sobre nuestra pequeña Isla.

Pero desde 1959, su anhelo encontró mella en la Revolución pujante, y cambiar el sistema político, económico y social que, en ejercicio de plena autodeterminación nuestro pueblo decidió, se convirtió en su ferviente sueño.

Para intentar alcanzarlo, su método más añejo ha sido el bloqueo económico, como se le llama piadosamente a lo que constituye una medida genocida, no solo por el daño a la economía, sino por sus efectos en la calidad de vida del pueblo cubano.

Aunque su condición de obsoleto y fracasado ha sido reconocida por el pueblo norteamericano y la comunidad internacional, lo cierto es que su existencia es implacable y sistémica.

Cuba y el mundo contra el bloqueo

El Gobierno de Estados Unidos planeó, con la génesis del bloqueo y su posterior recrudecimiento, el fin de la Revolución y la total injerencia en la Isla. Sin embrago, solo han engrandecido a nuestra Patria, firme y enérgica por más de 60 años.

Las generaciones de ayer y hoy resisten cualquier bloqueo cobarde. Trincheras de lucha son las escuelas, las plazas, los puertos, el vagón y el surco, desde allí decimos no a esa política hostil. Jamás negociaremos nuestro sistema socialista, nuestros asuntos internos.

Cuba no permitirá mancha alguna en la independencia conquistada al precio de la sangre de sus mejores hijos.

Mientras persista el bloqueo, seguirá presentando su Resolución contra la injusticia ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde cada año, el mundo también dice no al cerco contra la Isla.

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