Mientras se ofrecía la obra Perro huevero, aunque le quemen el hocico, un día como hoy de 1869 en el Teatro Villanueva de La Habana, un popular guarachero de la época llamado Jacinto Valdés le dio vivas a Cuba Libre.

¡Esa noche los ánimos estaban avivados! Cuentan que en actitud de rebeldía, las mujeres acudieron a la presentación con sus cabellos sueltos y una estrella solitaria en la cabeza; mientras que cintas con los colores de la enseña nacional adornaban sus vestidos.

Una  de las participantes ondeó desde su palco una bandera cubana, pero el Cuerpo de Voluntarios al servicio de España, que no quería ser sorprendido como había ocurrido la noche antes, fue preparado, y al escuchar los aplausos del público, irrumpió con tiros, espadas y bayonetas.

La Cultura, escudo de nuestra Patria

Los sucesos del Teatro Villanueva fueron el preludio de la convulsión que en aquel entonces estremecía a Cuba desde Oriente hasta Occidente.

El hecho desembocó una matanza de 3 días, de la cual jamás se supo el número exacto de víctimas, pues el gobierno colonial levantó un muro de silencio sobre ello.

El  joven José Martí, testigo muy cercano del suceso, recreó la ruin masacre en  conmovedores versos: El enemigo brutal/ nos pone fuego a la casa/ el sable la calle arrasa/ a la luna tropical /Pocos salieron ilesos/del sable del español/ la calle al salir el sol/ era un reguero de sesos.

Lo acontecido en el teatro Villanueva demostró una vez más que la cultura es escudo de nuestra nación y en consecuencia, el 22 de enero se escogió como el día del Teatro Cubano, efeméride que se celebró por vez primera en el año 1980.