Compartir

No hay criatura entre las bestias del mundo que tenga tanta grandeza y demostración de poder y sabiduría del Dios todopoderoso como el elefante. Edward Topsell

En la columna de hoy haré una excepción, nunca había reseñado obras de literatura, no es mi campo, solo lo había hecho sobre libros de ciencia, tecnología o geopolítica. Una de las razones es que el protagonista de la obra es un animal, en este caso un elefante y la segunda es por los lazos con la tierra del autor de la novela.

La novela El viaje del elefante, del escritor portugués José Saramago, cuya obra casi totalmente ha sido publicada en Cuba, vio la luz en el 2008 y la colección Orbis de la editorial Arte y Literatura, la puso a disposición del público cubano en el 2012.

José de Souza Saramago nació en Azinhaga, Portugal, el 16 de noviembre de 1922 y murió de leucemia, el 18 de junio de 2010 en Tías, Islas Canarias, España. Fue un escritor, novelista, poeta, dramaturgo y periodista, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1998, por su “capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía”, según el dictamen de la academia sueca.

El texto que me ocupa hoy cautiva al lector desde la primera página. El libro transporta al lector al siglo XVI y narra una historia real, la del elefante llamado Salomón, el cual emprende un increíble viaje desde Lisboa hasta Viena. Un elefante asiático regalado al archiduque Maximiliano de Austria, por el rey Juan III de Portugal.

El estilo único de Saramago se hace evidente desde el inicio de la novela. Con su característica falta de puntuación, no utilización de mayúsculas en los nombres propios, y uso de largas frases, el autor crea una narrativa fluida y envolvente que atrapa al lector. A través de su prosa magistral, el portugués nos adentra en la mente de los personajes y permite sentir sus emociones y pensamientos más profundos.

El protagonista indiscutible de la historia es Salomón. Su viaje se convierte en una metáfora de la vida misma, llena de obstáculos y desafíos. A lo largo de su travesía, se enfrenta a peligros, enfermedades y la crueldad humana, pero también encuentra amistad y compasión en aquellos que lo rodean. A través de la figura del elefante, Saramago reflexiona sobre temas universales como la libertad, la soledad y la condición humana. El autor invita a cuestionar las acciones humanas y a reflexionar sobre cómo tratamos a los demás seres vivos. En ese sentido, El viaje del elefante se convierte en una crítica sutil pero contundente a la falta de empatía y compasión en la sociedad contemporánea.

¿Se imagina usted como sería el viaje de un elefante, en el siglo XVI, de un país a otro, a través de cordilleras, mares y largos trechos de tierra de por medio? ¿Cómo supone que sería tal travesía para el animal y el séquito que lo acompaña? Por sí mismas, esas interrogantes pueden ser un buen incentivo para la lectura de esta icónica, sarcástica, reflexiva, pero sobre todo, fascinante novela.

Además de su profundo contenido filosófico, el libro también destaca por su rica ambientación histórica. Saramago recrea con maestría la

Europa del siglo XVI, transportando a lector a un mundo lleno de intrigas políticas, guerras y supersticiones. La descripción detallada de los paisajes y escenarios sumerge por completo a quien lo lee en la época y lo hace sentir parte de la historia.

El viaje del elefante es una buena obra de José Saramago, que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión. Con su estilo inconfundible y su profundo contenido filosófico, regala una historia inolvidable que hace cuestionar a la propia humanidad. Sin duda alguna, el libro merece un lugar destacado en la biblioteca de cualquier amante de la buena literatura.

Etiquetas: - -