Dicen que una de las primeras cafeteras que se registró en la historia la ideó un francés de apellido Decroasíll hacia 1802.  Constaba de dos secciones separadas por un filtro a través del cual pasaba el agua caliente.

Durante todo el siglo XIX el café se preparaba bajo el mismo principio, o lo que era igual, pasando el agua caliente o el vapor de agua a través del aromático polvo.

A mediados de la década del 40 de la pasada centuria, un italiano inventó el café express. Éste diseñó una cafetera por donde hacía pasar vapor de agua a presión y la bebida estaba lista en un instante.

Una de las características del café express es su sabor fuerte, considerado, además, como muy estimulante. La infusión se sirve en tazas muy pequeñas.

Actualmente hay cafeteras de todo tipo, pero siguen utilizando el mismo principio que concibió Decroasíll.

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