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Antes del alba, la cincuentenaria y crédula Eloísa Escalona Arias encendió el candil e inició camino por los trillos escoltados por altas guácimas, atejes y tecas.

Aquella salida de Plan Maleta hacia otra barriada tenía un fin: iría a consultarse con la gran “curandera” Equis, una autoridad local en las artes adivinatorias. Porque en la Sierra Maestra no había quien obtuviera respuestas más exactas de las deidades que aquella espiritista.

Eloísa y sus vecinos tenían fe en las profecías, elocuente palabra de por medio, de la humilde pero poderosa santera. Cuando escuchaban que sus males amorosos, laborales, académicos, financieros o personales provenían de una “fuerte brujería”, iniciaban oraciones y baños sanadores.

El conjunto de acciones orientadas por Equis, influirían en que el mal del atormentado cuerpo desapareciera; “A la tarde, baños con albahaca y agua de lluvia”, recomendaba.

Prácticas religiosas

Por siglos, los cubanos han unificado dioses católicos y deidades africanas; esa distintiva mezcla de corrientes místicas tiene expresión popular.

Se muestra devoción tanto por la Virgen de la Caridad del Cobre como por Oshun. La Patrona de Cuba, en su transculturación, es Yarina en abakuá, Madre en mayombe o Mase en arará. Por ello, la septuagenaria Juana Vargas, residente en el Caney de las Mercedes, al mismo tiempo prefiere el espiritismo de cordón, la santería o regla de palo monte.

En su casa, o las de sus vecinas Kenia, Severina y Luga, pueden observarse, indistintamente, imágenes de santos cristianos, collares con cuentas de vidrio, brazaletes de bronce de los yorubas o prendas, estatuas y amuletos de la palería. Y no es una excepción entre sus coterráneos.

El historiador Ludín Fonseca dice que la elección religiosa combinada es parte vertebral de la idiosincrasia del país.

Consultas de madrugá

Según estadísticas de Internet, los creyentes religiosos cubanos crecieron en los últimos años. Hace medio siglo, los ateos representaban casi la mitad de los ciudadanos; hoy, la población practicante del cristianismo y los cultos africanos es mayor.

Investigadores cubanos coinciden en que las visitas a la Isla de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, propiciaron un clima de mayor oficio en los ritos litúrgicos de las iglesias.

En la actualidad, la gente es menos discreta a la hora de rezar, bautizarse o exponer efigies del santoral católico. Y son también más abiertos para solicitar eliminación de maleficios, recibir caridad, revelaciones, curaciones empíricas y baños con hojas.

Las prácticas ancestrales rurales vinieron hacia las urbanidades, y los médiums y sacerdotes han alcanzado ascendente notoriedad entre la ciudanía cubana.