La Habana, Cuba. – Uno de los peloteros más queridos de Isla de la Juventud es el antesalista Michel Enríquez, quien jugó fútbol antes que béisbol y estuvo a punto de ser industrialista.
Sin embargo, en una conversación rápida con varios periodistas descubrió más cosas. “El torneo más grande en mi carrera deportiva son los Juegos Olímpicos en Atenas, aunque el Clásico Mundial es el de más nivel”, señaló. En sus ratos libres confesó que le gusta jugar dominó, estar con amigos y la familia.
También escuchar música e ir a la playa con su pareja para liberar el estrés. “Estuve a punto de comenzar las series nacionales con Industriales porque estudié el preuniversitario en La Habana, pero no cambio por nada a Isla de la Juventud.
Aquí lo tengo todo y me han brindado un cariño inmenso”, dijo el capitán del equipo pinero y de la selección nacional por casi una década.
Espinas, momentos difíciles y la fama
Para el pelotero Michel Enríquez después de haber sido líder de bateo varias veces y llevar los títulos de campeón olímpico y mundial, una de las cosas que le motivó a seguir en las Series Nacionales fue la posibilidad de ganar un campeonato con su equipo, lo cual estuvieron a un punto de lograr, cuando quedaron subtitulares en el 2015.
“Un momento difícil fue cuando me sancionaron por algo que resultó una inmadurez y aprendí que en la vida todo no es impulso y uno debe reflexionar a la hora de actuar, de dar un paso”, reflexionó.
Las últimas confesiones del antesalista giraron sobre la fama, esa que nunca se le ha subido a la cabeza. Eso va con la educación y la formación que me dieron mis padres. Y también por el lugar donde vivo.
Isla de la Juventud es un municipio humilde, sin arrogancias y Michel es un hijo preferido de allí.