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Quizás la imitación en sus juegos infantiles de las artes del galope, la espada, los fusiles y la marcialidad bayamesa, fueran premonitorias en la vida del futuro general mambí Esteban Tamayo.

Esa, y otras especulaciones, han sido fuente de pesquisas de historiadores, docentes e investigadores, quienes tienen la misión profesional de convertir en material verificable datos, anécdotas, relatos y crónicas del pasado.

Con ese concepto surgió la Casa de la Nacionalidad Cubana, explicó la ferviente intelectual y primera directora de la institución, Onoria Céspedes Argote.

Según el académico Eduardo Chávez Pardo, la casona de estilo colonial y ubicada en la Plaza del Himno, atesora un valioso fondo documental, bibliográfico y sonoro. Lo corrobora el historiador Ludín Fonseca, quien reconoce el papel de la institución en el rescate y promoción de las raíces más genuinas de la identidad nacional.

Historia referencial

Ya convertido en general, Esteban Tamayo evocaría cómo los adoquines de las callejuelas retumbaban al paso caballería mambisa, encabezada por Céspedes.

Esos aspectos del Bayamo independentista y su gente, son comprobados por especialistas de la Casa de la Nacionalidad Cubana, acota la maestra Damiana Pérez Figueredo.

Para el profesor Carlos Rodríguez Lora, desde su fundación el Centro se vinculó a las profundas raíces históricas que determinaron el nacimiento de la Cuba Nuestra.

Asevera que las costumbres que las comunidades urbanas o rurales de la gran jurisdicción oriental y su proyección en el presente, son objetos de análisis consensuados entre instituciones y estudiosos.

Por todo ello, hace 44 años, por clamor popular e intelectual, ideas, aspiraciones y argumentos de vehementes bayameses se convirtieron en paredes, proyectos, escribanía y más investigación.

Casa de nacimientos

Es simbólico y comprometedor el hecho de que dos figuras sublimes de la cultura nacional hayan sido condecoradas en el momento mismo de la apertura de la Casa de la Nacionalidad Cubana.

En los pechos virtuosos de Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana y de Jesús Orta Ruiz, “El Indio Naborí”, se colocaron sendas órdenes Félix Varela, de primer grado.

Desde entonces, la institución bayamesa ha imbricado ciencia, oralidad, escritura, promoción y aprendizaje. Su sala de conferencias y su patio natural, vieron surgir y expandirse los relevantes eventos Crisol de la Nacionalidad y Fiesta de la Cubanía.

Aquella vivienda colonial limítrofe con el río Bayamo, la Iglesia Parroquial Mayor y el área del cántico público del Himno Nacional devino inmueble histórico, patrimonial y científico. Allí, mucho se ha investigado. Allí, mucho se investigará.