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Para muchos, los Juegos Olímpicos de Sídney fueron los últimos del milenio. Para otros, los primeros del Siglo XXI. Sin embargo, todos coincidieron en que tuvieron una organización impecable y un clima competitivo de calidad.

Los locales se impusieron con tanta fuerza que llegaron hasta el cuarto lugar por naciones, encabezado por ese formidable tritón, Ian Thorpe, que con sólo 17 años ganó nada menos que tres títulos y dos platas.

De los hechos emotivos e inolvidables figuran también el desfile de las dos Coreas por vez primera en la historia con una sola bandera en las ceremonias de inauguración y clausura.

Para Vietnam llegó su primera corona en estas lides, mientras cuatro atletas lograron res doradas dentro de la lid: Lenny Krayzelburg, Inge De Bruinj y Leotien Zijlaard.

Otra vez los deportes de combate

Como ya se ha hecho habitual en Juegos Olímpicos, Cuba dependió de los deportes de combates para su ubicación final entre los DIEZ primeros países en Sídney 2000.

A la primera corona de la delegación, ganada por la judoca Legna Verdecia, le siguieron la de su compañera Sibelis Veranes, la segunda dorada en citas cuatrienales del luchador Filiberto Azcuy y el sorprendente oro del teakwondoca Ángel Volodia Matos.

Los boxeadores hicieron lo suyo con la guía del tercer título de Félix Savón de forma consecutiva, hazaña que igualó lo hecho por Teófilo Stevenson y Lazlo Papp años atrás.

En atletismo, Anier García e Iván Pedroso se proclamaron monarcas, en tanto las Espectaculares Morenas del Caribe consiguieron una hazaña: su tercer oro consecutivoLa gran decepción de la comitiva fue la plata del béisbol.