Gritar te puede sacudir de un sueño profundo, al instante sentimos pánico, incluso si estuviéramos en el estado profundo de relajación.
Investigadores de la Universidad de Nueva York explican que los gritos nos afectan por la frecuencia de los cambios de sonido muy rápido, que despiertan partes del cerebro asociadas con el miedo y pánico.
El estudio, publicado en la revista Current Biology, explica que los seres humanos perciben los cambios de amplitud de un sonido a una velocidad particular, de entre 30 y 150 veces por segundo.
Para llegar a esa conclusión se determinó la rugosidad de varios sonidos, utilizando una técnica llamada “espectro de potencia de modulación.” Los resultados significaron que los gritos son una manera muy útil de los seres humanos para alertar a otros en situaciones de peligro.