La Habana, Cuba. – Del alma de Caibarién y en un hogar proletario, nació aquel que por servir se hizo maestro primario.

Maestro no es el pastor que conduce a su rebaño a pacer en la montaña plácido y jugoso pasto, sino el que es modelo vivo y es líder abanderado y va abatiendo malezas al frente de su alumnado, para que todos aprendan a hacer prósperos los campos.

Y de la villa natal se fue a cumplir el mandato del Partido en Santa Clara, la ciudad del tren blindado. Honrado por su conducta y sencillo por su trato, ganó el respeto del pueblo que lo convirtió en su hidalgo, y le reavivó las llamas a los fuegos de Bayamo, y torció el rumbo a los vientos del huracán en Santiago.

Toda Cuba es un Moncada para el Héroe del Trabajo cuyo nombre es un emblema: Lázaro Expósito Canto.