La propuesta de hoy está relacionada con la elaboración de vinagre, tan apreciado en nuestras cocinas.

El vinagre podemos prepararlo con diversos productos, pero la receta que le aconsejamos es a base de cáscaras de piña. Muela o corte finamente las cáscaras de dos piñas medianas y colóquelas en un frasco de cristal.

Añádale una taza de azúcar blanca o parda y dos litros y medio de agua. Échele media cucharadita de levadura para acelerar el proceso inicial, aunque no es estrictamente necesaria para el proceso, pero ayuda a aligerarlo.

También incorpórele una taza de vinagre ya elaborado o la nata que sirve de “madre” para su producción. Agite bien todos los ingredientes y cubra el frasco con una tela fina. Colóquelo en un lugar oscuro y deje en reposo por unas ocho semanas.

Vinagre aromatizado

Anteriormente se habló sobre la elaboración de vinagre. Sabremos que ya está listo por la presencia de una nata blanca en la superficie del líquido y que sirve para preparar otros lotes.

La producción de vinagre casero es más lenta que el obtenido industrialmente. Una vez terminado lo clarifica por decantación haciendo succión con la ayuda de una pequeña manguera plástica.

Lave con agua hirviendo una botella vacía y llénela con vinagre hasta las terceras cuartas partes de su capacidad. Añádale tres ramitos de mejorana, dos hojas de orégano francés, dos dientes de ajo cortados finamente, un ramito de romero, otro de albahaca y dos hojas de culantro.

Agite la botella de vez en cuando y a los quince días después de introducidas las plantas ya el vinagre está aromatizado y listo para consumir.

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