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Fue una receta de nuestra inolvidable colega, Mirta Inés Cervantes

La Habana, Cuba. – ¿Nunca ha escuchado que cocinar es arte? Hasta para freír un huevo se requiere de cuidado para que no se rompa la yema ni se queme la clara. También constituye un arte de magia, cuando con pocos productos presentamos un plato que complace a toda la familia.

Algo muy sencillo es hacer un caramelo para vestir flanes o pudines; sin embargo, hay personas que dicen no saber hacerlo y nos piden la receta.

Ponga tres cuartos de taza de azúcar blanca en el molde a utilizar y colóquelo a fuego mediano. Revuelva el azúcar constantemente con una cuchara de madera hasta que se derrita y tome color de caramelo, más claro o más oscuro, acorde a su gusto.

Muévalo de un lado a otro para que se vaya pegando a los lados y no se desprenda. El caramelo se cristaliza si se prepara con mucha anticipación, pero eso no altera la receta.

El almíbar: Rico complemento

En el minuto anterior hablamos de cómo hacer caramelos para vestir moldes y ahora vamos a referirnos a la elaboración de almíbar, que también tiene sus secretos.

Ponga en una cazuela media taza de agua por una taza de azúcar. Uno de los secretos es no revolver el almíbar después que se ponga el recipiente al fuego. Hágalo antes, mientras el agua esta fría. Otro consejo es añadirle a la preparación jugo de limón o vinagre, para que no se azucare. Serán suficientes dos gotas por cada taza de azúcar.

Un almíbar muy ligero como el que se hace para los buñuelos, arepas o frituras, no requiere de mucho cuidado si sigue las orientaciones que le acabamos de dar.

Ponga al fuego la elaboración, y cuando empiece a hervir, déjela unos cinco minutos aproximadamente o hasta que logre el espesor que usted desee.

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