«Puerco”, “macho”, “lechón” o “cerdo”, así denominan los cubanos a esa especie animal que tanto gusta en Cuba.

Los que tienen condiciones en sus patios y les gusta tener garantizada las fiestas de fin de año, “crían” a sus puerquitos durante meses, pues saben que el sacrificio de alimentarlo y cuidarlo se verá coronado con exquisitos platos.

Y es que del cerdo se aprovecha todo, hasta la sangre, con la que se elabora, junto con varias especias, la suculenta morcilla. ¿Y qué decir de la cabeza? Que sirve para hacer una de las mejores caldosas que se pueda tomar.

Las posibilidades culinarias de la carne de cerdo son numerosas, podemos hacer una gran variedad de recetas. Con la grasa, además de preparar tocino, se hacen los apetecidos chicharrones, ante los cuales no hay quien se resista.

Deliciosas masas

Una de las tantas recetas que podemos elaborar son las masas de puerco fritas.  Esta forma de hacerlas resulta fácil y rápida.

Pique la carne en cuadrados y échele solo sal. Ponga aceite en una olla y cuando esté caliente introduzca las piezas hasta dorarlas por todas partes. Sáquelas y póngalas en una cacerola y añádale agua pero sin cubrir las piezas.

Deje que se cocinen en ese líquido y en la grasa que la carne va soltando. Cuando el agua ya se haya reducido, agregue a la preparación 4 dientes de ajo machacados y revuélvalo todo para que los sabores  se impregnen.

Retírelos antes de que se quemen y deje las masas unos minutos más en fuego lento para que adquieran ese color dorado tan apetecible. Sáquelas y colóquelas en una fuente. Adórnelas con ruedas de cebolla y … a disfrutar!