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En el año 1865 llegó a Cuba Máximo Gómez Báez, procedente de República Dominicana o Quisqueya, como algunos llaman a la vecina Isla.

El décimo y último hijo del matrimonio formado por Andrés Gómez y Clemencia Báez nació el 18 de noviembre de 1836, en  el seno de una familia de cierta holgura económica, dueña de bosques y tierras ganaderas.

Recibió su nombre junto a la pila bautismal de la pequeña iglesia del poblado de Baní, al sur de la isla vecina. Cuando llegó a Cuba, Máximo Gómez se asentó en la zona conocida como El Dátil, perteneciente a  Bayamo, y siempre dijo sentirse hijo de Cuba.

Después de estallar la guerra de independencia, el joven banilejo se casó en la manigua con la criolla Bernarda del Toro, con quien fundó una familia y tuvo varios hijos.

Excepcional cubano-dominicano

El Generalísimo Máximo Gómez se refería a Cuba como mi novia”, palabras con las que reflejaba su dedicación a la libertad de la Mayor de las Antillas.

El 16 de octubre de 1868, seis días después de iniciarse la Guerra de los Diez Años, Gómez se alzó en armas y le reconocieron el grado de Sargento, adquirido en su tierra natal.

En 1870 se destacó en el ataque a los cafetales de El Cobre, cerca de Santiago de Cuba, y en la liberación de las dotaciones de esclavos.

En esa época, el joven dominicano ocupó el cargo de segundo jefe de la División de Cuba, que abarcaba de Maisí al golfo de Guacanayabo.

Al año siguiente, tras asumir el mando de ese grupo, dirigió la campaña de Guantánamo, considerada la primera realizada con éxito, tras el incendio de la ciudad de Bayamo.