La Habana, Cuba. – En la segunda década del pasado siglo, se había pensado levantar un puente metálico sobre el canal de entrada a la Bahía de La Habana. No se edificó por varias razones, entre ellas una estratégica: en caso de un conflicto armado, podían volar el puente y bloquear la entrada a la dársena.

En 1949, Ole Singstad, especialista en construcción de túneles, proyectó hacer uno con entrada por la Avenida del Puerto. Otra propuesta la presentó, en 1954, el ingeniero cubano que diseñó y construyó el túnel de Línea.

Pero ese mismo año, la recién creada Compañía de Fomento del Túnel de La Habana S.A., responsable por el Gobierno de la obra, encargó a una firma estadounidense los primeros trabajos. Sin embargo, por su solución moderna y original, mucho más económica y plazo de ejecución más breve, se le adjudicó a la Societé des Grands Travaux de Marseille.

La construcción

Las obras de construcción del Túnel de La Habana comenzaron el 19 de septiembre de 1955. Su tiempo de ejecución fue de casi tres años, y finalmente quedó inaugurado el 31 de mayo de 1958.

Las dos entradas fue lo primero que comenzó a excavarse al lado del parque Máximo Gómez, y en el canal se dragaron 250 mil metros cúbicos de roca y 100 mil de material arenoso.

Los cajones o tubos del túnel, de 22 metros de ancho por más de 7 de alto y unos 108 de largo, se fabricaron en dique seco, y luego fueron llevados flotando hasta el lugar previsto, y hundidos separadamente, hasta hacerlos reposar en una base.

Posteriormente, con gatos hidráulicos se iban uniendo y sellando con hormigón en la parte exterior, y en el interior con láminas de acero.

Datos generales del túnel de La Habana

Con una longitud de 733 metros, el túnel de la Bahía de La Habana está situado a una profundidad de entre 12 y 14 metros bajo la superficie. Su ancho total es de 22 metros, y en cada tubo de dos sendas es de 7,30 metros.

Sus accesos fueron diseñados para permitir un flujo máximo de mil 500 vehículos por hora, por cada vía. A una velocidad de 60 kilómetros por hora, el túnel se recorre en 44 segundos.

Considerado uno de los primeros túneles submarinos del mundo, el de La Habana permite el paso de cuatro pistas de tráfico, que dan accesos  al Oeste y el Este de la capital cubana.

En 1987, ingenieros, especialistas, técnicos y obreros cubanos pertenecientes a diversas empresas, trabajaban en la primera reparación capital que recibía la dársena.