Este 24 de julio se cumplirán 240 años del nacimiento de Simón Bolívar en Caracas.

Él fue el gran padre de nuestra América a juicio de José Martí, al punto que fue la personalidad de la historia continental y universal a la que más veces se refirió en su obra.

Durante su corta estancia en Venezuela, el Maestro contó que desde muy jovencito en Cuba ya conocía del Libertador, sus combates por la independencia y su empeño por una Hispanoamérica unida.

Desde entonces fue su discípulo. A lo largo de su vida, el cubano se mantuvo estudiando la magna obra bolivariana. En el centenario del natalicio del Libertador fue el orador en el acto organizado por los latinoamericanos de Nueva York, y escribió una reseña en un periódico en español publicado en esa ciudad.

En La Edad de Oro, Bolívar encabeza sus relatos sobre los Tres Héroes de la libertad, junto a Hidalgo y San Martín.

El discurso del Centenario

El 28 de octubre de 1893, la comunidad latinoamericana de Nueva York se reunió, bajo el auspicio de la Sociedad Literaria Hispanoamericana, para homenajear al Libertador.

Esa ocasión, es sin dudas, la pieza mayor de las referencias martianas a Bolívar, no solo por su notable extensión, sino por la riqueza de su análisis sobre la personalidad, la significación histórica del héroe y la vigencia plena de sus ideas.

Con la frente contritacon el sereno conocimiento de su puesto y valor reales, con el asombro y reverencia de quien lo veía ante sí demandándole, inició Martí su discurso.

Literariamente, esta pieza expresa la originalidad y brillantez ya alcanzadas por Martí en su plena madurez: imágenes atrevidas enriquecen sus juicios, que apelan a la razón y al sentimiento, que entregan su amor desbordado por aquel notable líder de pueblos. 

Martí, el continuador de Bolívar

Quema y arrebataconocerlo en todas sus facetas es como sentirse orlado de oro el pensamiento. Este texto martiano indica que para Martí fue Bolívar la persona de mayor estatura histórica universal de su tiempo y que aún lo seguía siendo en los finales de aquel siglo.

No olvidemos que en octubre de 1893 ya Martí era el Delegado del Partido Revolucionario  Cubano, el que preparaba la guerra liberadora de Cuba y Puerto Rico; el que se apresuraba para impedir la expansión de Estados Unidos hacia nuestra América; el que aspiraba a cumplir el proyecto bolivariano unitario en la nuevas condiciones.

Por eso, aquel discurso electrizó a su audiencia y dejó claro el legado por cumplir con el Libertador. , según él: vigilante y ceñudo en el cielo de América, sentado aún en la roca de crear.

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