“Un gobierno revolucionario procedería a la reforma integral de nuestra enseñanza, para preparar debidamente a las generaciones que están llamadas a vivir en una patria más feliz”, sentenció Fidel en su alegato de autodefensa en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953,  recogido en  La Historia me Absolverá.

Esa obra contempla las cinco leyes revolucionarias que serían emitidas inmediatamente después de tomar el cuartel Moncada, así como otras medidas fundamentales que les darían solución a los problemas existentes en la sociedad, entre ellos el de la Educación, sector sensible, carente de docentes con suficiente preparación, y escuelas públicas, donde asistían menos de la mitad de los niños en edad escolar, sin condiciones ni recursos, destacó nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en esa ocasión.

Educar es sembrar valores

La capacidad para educar, formar y guiar al pueblo era una de las grandezas de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Maestro por excelencia, el líder histórico de la Revolución Cubana, estuvo siempre interesado en aprender de todo lo que le rodeara y de las disímiles esferas de la sociedad. Era la guía de un pueblo que luchó junto con él bajo el ideario martiano contra la ignorancia, el analfabetismo y las injusticias sociales.

Fidel fue fiel defensor de los principios humanos generales, que expresan la dignidad personal, el apego a la verdad, el respeto al pensamiento ajeno, y la enseñanza con calidad.

Concebía  a la formación como un proceso integral cuya calidad dependía de la educación y la apropiación de los valores presentes en la historia universal, el pensamiento y las tradiciones de la sociedad cubana.