Por: Yoelvis Lázaro Moreno

Corría el año 1709 cuando llegaron a la villa cubana del Espíritu Santo procedente de Granada, España, el matrimonio de José Pérez Rodríguez y Encarnación Núñez García.

Un buen día, José pidió a Encarnación que le confeccionase unas camisas sueltas, de mangas largas y con bolsillos grandes a los lados. Y ese diseño a los pocos meses se popularizó en la comarca.

De acuerdo con esta historia, la guayabera cumpliría en este 2019 nada menos que 310 años. Pero hay otro relato sobre los orígenes de la singular pieza.

Se dice también que un sastre aplatanado en las orillas del río Yayabo se atrevió a cambiar los diseños europeos relativos a las prendas de vestir para hacer frente a las cálidas temperaturas de la Isla. Para ello cortó y cosió unas camisas anchas con las faldillas por fuera y grandes bolsillos para llevar la fuma.

Con bolsillos grandes para echar guayabas

A finales del siglo XIX y principios del XX, era la tierra espirituana una región abundante en guayabales.

Por ello se pudo pensar en prendas de vestir con exagerados bolsillos para cargar la fruta si era necesario. De ahí proviene el argumento que justifica el apelativo de “guayabera”. Ya para 1921 se legitima la palabra “guayabera” como cubanismo.

Poco a poco la pieza cobró auge en la capital y fue frecuente su uso en campañas electorales en el país. Tanto fue así que durante el gobierno de Carlos Mendieta conquistó el título de prenda de vestir oficial, sin que quedara recogido en ningún documento.

No obstante, a pesar de pugnar por sustituir el traje de cuello y corbata, que en aquel entonces era símbolo de elegancia, fue luego despreciada dado su origen humilde al considerarse vulgar para eventos protocolares.

Prenda de auténtica cubanía

La historia de la sastrería recoge que en sus inicios la guayabera era de corte recto, pero después los sastres comenzaron a entallarla para complacer a su clientela.

Y aunque el diseño tradicional es de tejido blanco de hilo o crudo, hoy se modifica al adicionársele bordados o escotes. Esta pieza impuso su huella en el mundo y se internacionalizó al hibridar confort, economía y lucimiento, todo adecuado para un clima tropical.

Por estar vinculada a la historia de la Mayor de las Antillas y constituir una de las más auténticas expresiones de cubanía, la guayabera, tanto masculina y femenina, se estableció en 2010 como pieza de vestir cubana en actos diplomáticos.

Para validar su patrimonio, en Sancti Spíritus está el Museo de la Guayabera, centro que atesora la mayor colección de esta prenda en nuestro archipiélago.