La Habana, Cuba. – Las lluvias veraniegas y las aguas que traen aparejadas propician el hábitat del Aedes Aegypti, que encuentra en el más insospechado depósito con el líquido lugar para poner sus huevos, que luego se convertirán en larvas y más adelante en un zancudo mosquito rayado en blanco y negro.

Están dadas las condiciones para que el insecto inicie su vuelo y pique a quien encuentre a su paso, inoculándole su veneno. Transmisor de la fiebre amarilla, el zika, el chicungunya y el dengue, este último es el más peligroso por la gran patogenicidad de sus cuatro serotipos, o sea, virus diferentes.

Así, la persona que sufre una primera infección puede padecer también una segunda, tercera y cuarta contaminación, y cada vez sea con mayor severidad, con formas clínicas más graves.

De ahí la necesidad de impedir la proliferación del Aedes Aegypti, que significa frenar una arbovirosis altamente letal.

Síntomas y complicaciones

El dengue puede expresarse en un amplio espectro clínico, el cual va desde su forma asintomática o sin síntomas, hasta la gravedad, incluida la muerte.

Es importante conocer que el virus provoca fiebre entre 2 y 4 días, dolor de cabeza, retro-orbital o detrás de los ojos y en todos los músculos.

Además se presentan trastornos del gusto, inapetencia, náuseas, diarreas y erupción en la piel, así como otros signos de alarma, entre los cuales se encuentran el dolor abdominal intenso y mantenido, vómitos y marcado decaimiento.

Condiciones que pueden llevar a la mayor severidad del dengue es la presencia en el infectado de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, renales, respiratorias, hipertensivas hepáticas y la diabetes, siendo los niños pequeños y los ancianos los grupos etarios en que pueden ocurrir las complicaciones de mayor envergadura.

Participe en su autocuidado

El Aedes Aegypti es un mosquito culícido, o sea, se alimenta de sangre, por lo que ser picado por el insecto es un riesgo que no debemos correr y para ello hay que conocer cómo puede combatirse y eliminarse.

Para desterrarlo de nuestro alrededor, hay que saber que es una especie cuyo hábitat son las aguas estancadas, sea en charcos, huecos de árboles, frascos, jarrones, incluso cáscaras de huevos y tantísimos depósitos más.

De ahí que para prevenir su reproducción y con ello el dengue, hay que evitar esos sitios donde se acumule agua. Ello es vital tenerlo en cuenta en los meses de verano en que las lluvias se tornan frecuentes, temporada que ya estamos viviendo.

Por tanto, toca a cada persona realizar el llamado autofocal o revisión de todo lo que en la casa, escuelas, centros laborales y sus alrededores pueda ser fuente de vida para un zancudo que nos pica y enferma.

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