La Habana, Cuba. – Will Brown era obrero de una fábrica en Omaha, Nebraska, tenía 41 años y estaba enfermo de reumatismo; pero Agnes Loebeck le identificó como el negro que la había agredido en la noche.

Mientras la policía tramitaba el caso, la multitud copó el frente de la casa de la joven y reclamó al hombre; llevado al juzgado de Douglas, entre 5 mil-15 mil personas se aglutinaron allí y la turba disparó con armas saqueadas de tiendas cercanas.

Fue el 28 de septiembre de 1919 y al negro le propinaron golpes, llevaron a un poste, amarraron una cuerda al cuello, acribillaron a balazos, ataron a un automóvil y remolcaron para luego quemarlo: carbonizado, lo arrastraron por las calles.

Los trozos de cuerda se vendieron a diez centavos; Will Brown había dicho al alguacil Mike Clark: «Soy inocente, nunca lo hice, Dios mío, soy inocente».

Disturbios raciales en Omaha

El caso de Will Brown no fue el único ocurrido en Omaha, en el Verano Rojo de 1919; los disturbios ocasionaron la muerte de dos hombres blancos, la intentona de ahorcamiento del alcalde de la ciudad y el incendio de la Corte del Condado de Douglas.

Nacido en Nebraska y siendo adolescente, el actor Henry Fonda presenció el linchamiento de Brown desde la ventana de la imprenta de su padre.

De ese suceso, dijo que fue una vista horrenda, que cerraron la planta, bajaron las escaleras, condujeron en silencio y todo lo que podía pensar era en ese hombre colgando del extremo de una cuerda.

La Iniciativa para una Justicia Igualitaria declara que entre  1877 y 1950, más de 4 mil 400 afroamericanos fueron linchados en espectáculo público al que iban los blancos sin remordimientos.