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En Cuba cultura e identidad coronan un ensamble perfecto. Somos una nación orgullosa de sus raíces patrióticas y culturales, con su amalgama étnica y la impronta de un legado nacido entre fusiles y machetes, rebeldía y tradiciones.

Heredamos, las mejores manifestaciones artísticas y el talento de hombres y mujeres, exponentes de una cultura reveladora y sólida que, con mucho ha trascendido el panorama universal.

A Bayamo, cuna de la revolución, le corresponde por derecho propio celebrar la tradicional fiesta de la cubanía en la Plaza del Himno. Allí donde se cantó por primera vez el Himno patrio, se repetirá como una de sus más hermosas tradiciones la fiesta de la nacionalidad.

Escenario abarcador de un acervo que rinde honor a los fundadores.

Sentir de cubanía

En La Demajagua, diez días antes de la toma de Bayamo por las tropas mambisas, aquellos hombres que son raíces de nuestra libertad protagonizaron el primer gran acto cultural y nacional de nuestra Historia.

El Himno llamando al combate a los bayameses, fue el inicio de una lucha ardua que Cuba hizo suya y en el que el sentir de cubanía devino aspiración de justicia y libertad, sedimentando en los cubanos el concepto de nacionalidad.

Reflejo de los valores espirituales, culturales y artísticos creados a partir de la guerra de Yara y fuente nutricia de una cubanía raigal en la que los conceptos de cultura y nación se han hecho inseparables.

De esa fragua irreductible puesta a prueba a lo largo de nuestra historia, brotó más avanzado y radical el pensamiento revolucionario que hoy nos une y engrandece.

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