La Habana, Cuba. – El acoso sexual y el abuso sexual infantil, son dos formas de expresión de violencia que se distinguen por sus acciones y manifestaciones, las cuales encuentran en nuestras leyes y en la sociedad en general total rechazo.

En el caso del acoso se manifiesta hacia personas de cualquier edad, en especial mujeres y puede ir desde el acoso callejero, en instituciones que comprende la familia y espacios laborales, hasta el ciberacoso.

En tanto el abuso infantil incide negativamente en niños, niñas y adolescentes, que ven quebrantados sus Derechos por acciones contra su cuerpo, psiquis y salud en general. La Constitución de la República en los Artículos 40, 43 y 48 defienden la dignidad humana y derecho a la integridad, y condena la violencia en todas sus formas de expresión.

En los postulados constitucionales se establece que el Estado, la sociedad y las familias protegen a las niñas, niños y adolescentes contra todo tipo de violencia. Por su parte la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por Cuba, impone a los Estados partes a adoptar medidas para la protección de la niñez contra el abuso físico o mental.

El Ministerio de Educación de Cuba actualizó este año la Resolución que introdujo la educación de la sexualidad en las escuelas, y la prevención y atención de la violencia desde el entorno escolar con la participación de un equipo multidisciplinario.

En el Código Penal cubano quedan establecidas las sanciona a las personas que incurran en cualquier manifestación de violencia. Esta característica delictiva se recoge en el Título XI, Delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales y contra la familia, la infancia y la juventud.

El cuerpo legal tipifica los delitos de Violación, Pederastia con Violencia, Abusos Lascivos, Ultraje Sexual, Estupro y Corrupción de Menores. Son establecidas las penas que se aplican según las condicionantes, que comprenden agravantes cuando las víctimas son menores de edad.

Es voluntad del Estado y Gobierno cubanos, junto a los órganos de justicia y organismos e instituciones de la sociedad civil en el país, la prevención y lucha ante las manifestaciones de violencia de cualquier tipo, y la protección de nuestras mujeres, niños, niñas y adolescentes a través de programas y acciones que ponderan su desarrollo pleno, equitativo e igualitario.