La Habana, Cuba. – La concreción apasionada de lo que Vilma soñó cuando se crearon las Casas de Orientación a las Mujeres y las Familias, como espacios procuradores de bienestar y oportunidades, puede hallarse hoy, especialmente, en la del municipio habanero de Plaza de la Revolución.

Miriam de los Ángeles Beltrán García, quien desde hace un lustro es la coordinadora general de la Casa de Plaza, insiste en el plural de mujer y familia, pues no debemos dar por sobrentendido el necesario enfoque múltiple que requiere cualquier análisis social en la Cuba de hoy.

Explica que cada vez somos una sociedad más heterogénea y diversa, con una multiplicidad de tipos de familias; de ahí que sea más adecuado nombrar a estos centros como de orientación a las mujeres y las familias, entendiendo que el universo de actuación de las Casas es complejo, amplio y variado. 

Un espacio para la ayuda

La tranquilidad de la amplia casona contribuye a cierto sosiego espiritual, aun cuando puedan arder por debajo de la piel los tormentos internos con que se suele llegar al sitio.

Miriam de los Ángeles Beltrán García, coordinadora general de la Casa de Orientación a las Mujeres y las Familias de Plaza de la Revolución, explica que estos centros constituyen un espacio físico dentro de las sedes de la Federación de Mujeres Cubanas, y tienen varias líneas de acción, entre ellas la atención y orientación individual y grupal.

Casi siempre las personas vienen buscando ayuda, señala. Los casos, en un primer momento, se registran y se les abre un expediente.

Atendiendo a la particularidad de la situación, se buscan entonces a los colaboradores más afines, quienes voluntariamente brindan sus conocimientos para atender las diferentes problemáticas, precisa la coordinadora.