La Habana, Cuba. – Amigo lector, no por gusto desde el siglo XIX el director del Liceo Artístico y Literario, Rafael del Villar, denominó a la provincia de Matanzas “la Atenas de Cuba”. Dos siglos después, todo ese desarrollo cultural alcanzado en la también denominada “ciudad de los puentes” continúa aportando artistas que a veces, por esos caprichos de la vida, no se dan a conocer hasta cierta edad. Tal es el caso de Marta Montalvo, la actriz que recién se estrenó en la novela con el personaje de Fredesvinda.

Graduada en 1992 de la Escuela Nacional de Instructores de Arte, en La Habana, Marta regresó a su pueblo Bolondrón, de la provincia matancera, para hacer el servicio social y volver a estar con su familia, de la cual estuvo ausente cuatro años. Fue un periodo de crecimiento y aprendizaje sobre lo que le apasionaba: aprender sobre el arte de hacer teatro.

La actuación, asignatura pendiente por fuerza mayor

Al graduarse de la Escuela Nacional de Instructores de Arte, la actriz Marta Montalvo -como se conoce artísticamente-, comenzó a trabajar en la Casa de la Cultura del municipio matancero Pedro Betancourt. En esa etapa se enamoró, contrajo matrimonio, y nació su hijo.

Pero a veces “madre natura” tiene caprichos insospechados y nos pone a prueba, y para esta mujer de rostro afable y sonriente, a partir del parto, nada fue fácil. “Pasé por una etapa bastante dura en mi vida a partir del nacimiento de mi niño, pues fue prematuro de tiempo y peso, y complicaciones en la incubadora le provocaron una lesión estática en el sistema nervioso central, por lo que requirió de varias operaciones y mucha rehabilitación en los hospitales para desarrollar la locomoción”.

Mas, ¿qué no hace una madre por un hijo?. “Hoy doy gracias a la vida porque mi esfuerzo y constancia de años valió la pena; mi hijo tiene calidad de vida y estudia Informática porque su intelecto nunca se afectó”, rememoró la carismática actriz. Y agregó: “Me gustó el trabajo en la Casa de la Cultura, pero realmente la situación con mi hijo dejó en suspenso las ganas de actuar, de hacer teatro, que es lo que me encanta”.

Nunca es tarde para empezar

Como dicen por ahí, “hay amigos, y amigos”; y la amistad cosechada entre Lester Hamlet y Marta Montalvo, desde la hora en punto que coincidieron en la Escuela Nacional de Instructores de Arte, ha pasado las verdes y las maduras, siempre uno bastón del otro y viceversa. Sin embargo, ese cariño no fue un obstáculo para que saliera a relucir el director exigente hasta las lágrimas, el director que sabía de ese talento dormido del que todos gustaban disfrutar en cada ejercicio de la escuela. Y por eso regañó, peleó, pero al final estuvo la satisfacción de ambos por ver renacer a una nueva Marta, ahora, y por primera vez, en la pantalla chica.

“Usualmente en los pueblos de campo la hora de la novela es sagrada. Es raro que una familia no esté frente al televisor en ese momento. Al terminar cada capítulo surgen los criterios sobre las actuaciones, los comentarios acerca de la trama central, etc. Y te confieso: ¡jamás imaginé que a los 50 años estaría entrando a los hogares a través de un personaje en una novela cubana, que además ha gustado desde los primeros capítulos!” dice entusiasmada.

“Es una oportunidad que me dio mi compañero inseparable de carrera, por lo que a Fredesbinda le entregué todo mi amor, esfuerzo y respeto por ese público al que está dirigido; no podía quedar mal con él. Agradezco mucho haber hecho este personaje, porque me aportó una concentración que no tenía; ahora estoy más centrada en mi vida y en todo lo que me pasa”.

“En cuanto a la opinión del público estoy muy sorprendida. Para mí, según la trama, el personaje de Frede no iba a interesar hasta el capítulo nueve o diez, pero no fue así. Desde la primera aparición comenzaron los memes en las redes sociales con el dicharacho del personaje “lucha tu yuca taína”, algo muy cubano, pero que ciertamente ha provocado diversas opiniones. Y eso es muy importante, porque como actor vas evaluando cómo está llegando el trabajo realizado, si es aceptado o no, qué tienes que mejorar en la próxima interpretación. Quizás los personajes de Fredesbinda y Basilio –interpretado por Bárbaro Marín-, son los que más se acercan a ese cubano dicharachero, jaranero, porque están concebidos para refrescar las posibles escenas de tensión que pueda haber en el capítulo. Frede se me parece, su nombre, su historia; le tengo un cariño inmenso y un agradecimiento eterno a todas las personas que ayudaron a que saliera, como Bárbaro, cuyo apoyo fue invaluable”

Pero no es lo que trajo a Marta a la capital habanera; aún ella espera por grabar el personaje de “mamá Inés” en la película Bola de Nieve, de Hamlet. Mientras, ya tuvo una pequeña incursión en “Los hijos de Pandora” que por estos días graba Ernesto Fiallo, al tiempo que está entusiasmada con la serie «Valientes», próxima a comenzar su rodaje. Esperamos, sinceramente, que no sean sus únicas apariciones, porque Marta ha demostrado  que nunca es tarde para empezar.