La Habana, Cuba. – Para algunos especialistas es el poder de la sugestión, o la fe, lo que permite que muchas personas mejoren la sintomatología de sus dolencias por la simple creencia de estar recibiendo un tratamiento para sus males, aunque en realidad sólo sea un compuesto inocuo.

Este fenómeno, conocido como efecto placebo, es uno de los más intrigantes para la medicina y la psicología, y desde hace años acapara la atención de la ciencia, a pesar de no contar con la total aprobación de la comunidad científica.

Placebo es una sustancia y práctica carente de actividad farmacológica, pero capaz de producir efectos clínicos cuando quienes la reciben creen en su poder curativo o que se trata de un medicamento.

Este puede ser cualquier cosa: una cirugía ficticia, acupuntura, psicoterapia, homeopatía, portar un brazalete o poseer determinada piedra.

Fenómeno bioquímico

Expertos norteamericanos presentaron un trabajo que anula la idea del efecto placebo como asunto psicológico, demostrando que es ante todo un fenómeno bioquímico.

Tan sólo pensar que un fármaco aliviará el dolor es suficiente para que el cerebro libere analgésicos naturales llamados endorfinas, aseguran los investigadores.

Estos examinaron a voluntarios sanos que aceptaron someterse a una práctica muy dolorosa: les inyectaron solución salina en músculos de la mandíbula. Luego se les dijo que recibirían un sedante para aliviarlos, aunque en realidad se trataba de un compuesto inactivo o placebo.

Mediante escáneres se registró la actividad cerebral de los participantes en ambos momentos. Se comprobó que cuando los sujetos creían estar recibiendo un analgésico, las neuronas producían endorfinas y su tolerancia al dolor aumentaba.

Inquietudes por resolver

Los hallazgos sobre el efecto placebo podrían contribuir a perfeccionar el empleo de las terapias cognitivas o psicológicas en los pacientes con dolor crónico.

Quedan por resolver inquietudes tales como por qué no todos los individuos reaccionan igual al suministro de una sustancia inerte, o cuál enfermedad podrá ser tratada con esos compuestos. Por otro lado están los importantes problemas éticos que establecen que los médicos no pueden engañar a sus enfermos.

A pesar de estar lejos el día en que algunas sustancias que hoy se consideran inactivas pudieron convertirse en un tratamiento médico eficaz, la realidad es que el efecto del placebo no es un acto de magia ni nada tiene que ver con trastornos mentales, es producto de mecanismos moleculares que son potencialmente demostrables.

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