La Habana, Cuba. – Bajo este título José Martí publicó un largo texto en el periódico Patria, el 26 de agosto de 1893.
Se trata de un análisis de la situación del movimiento patriótico cubano, que sufría en la emigración los efectos de la crisis económica de Estados Unidos, mientras en la Isla aumentaban los conspiradores decididos a comenzar la guerra independentista.
La postura del Delegado del Partido Revolucionario Cubano ensambla la condición de hombre frente a los que llama rebaño, “que a la hora del viento muere revuelto en la tempestad.” Hombre, por su parte, dice Martí que “es quien estudia las raíces de las cosas” y “busca el origen del mal y se va derecho a él, con la fuerza del hombre capaz de morir por el hombre.”
Dice, además, que “los egoístas no saben de esa luz, ni reconocen en los demás el fuego que falta en ellos.”
La raíz es libertar a Cuba
Hay que conquistar suelo propio y seguro, es la conclusión que ofrece José Martí en el periódico Patria.
Y añade que en las emigraciones se habla de las penurias de las casas, del trastorno en que pone a muchos hogares la crisis del Norte; pero de lo que ha de hablarse es de la necesidad de remplazar con la vida propia en la patria libre esta existencia que dentro y fuera de Cuba llevan los cubanos. José Martí señala: “Faltaba el cauce al decoro impaciente del país; faltaba el empuje; la bandera; la fe necesaria en la previsión y fin conocido de la revolución: eso faltaba y nosotros lo dimos. Ahora, vamos a paso de gloria a la república.”
La revolución era el camino para llegar a la raíz, a la patria libre, a donde regresarían los emigrados.
En dos palabras: ir a la raíz era extirpar la dominación colonial española y no dejar paso a la del Norte.
A la raíz va el hombre radical
El párrafo final del texto martiano resume su idea de la patria como la raíz, lo que implica al hombre radical.
Oigamos su palabra: La tierra propia es lo que nos hace falta. Con ella ¿qué hambre y qué sed? Con el gusto de hacerla buena y mejor, ¿qué pena que no se atenúe y cure?. Porque no la tenemos, padecemos. ¿Quién, en la tierra propia, despertará con esta tristeza, este miedo, con la zozobra de limosnero con que despertamos aquí?
A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso: el que va a las raíces. No se llame radical a quien no vea las cosas en su fondo; ni a quien no ayude a la seguridad y dicha de los demás hombres.
José Martí fue radical porque fue a la raíz de su patria y de su tiempo; porque trabajó por el bien del hombre en un mundo en que su patria y su América peligraban ante el expansionismo de Estados Unidos.