La Habana, Cuba. Pablo Guaty y Héctor Palacios son dos emprendedores que hoy hacen malabares para sostener sendos negocios de gastronomía golpeados duramente por el bloqueo.

Guaty, un ingeniero electrónico de 56 años, observa ahora con tristeza los salones vacíos del otrora concurrido restaurante Motivos y Razones, que abrió con su esposa hace once años en el Vedado habanero, donde aprovechó el hecho de estar rodeado de hoteles y casas de renta.

Razones y Motivos

Sin embargo, la llegada al poder de la administración Trump significó el brusco descenso del turismo y por tanto la disminución de una importante fuente de ingresos.

Desde entonces todo empezó a mermar, incluso el pago al Banco también se afectó, porque al no tener ingresos hemos tenido que reajustar varias veces los pagos de la deuda bancaria, afirma el emprendedor.

Sin turistas

Muy cerca de la céntrica esquina de 12 y 23, Héctor Palacios también hace esfuerzos para sacar adelante a una pequeña cooperativa no agropecuaria, que con apenas 13 socios gestiona el restaurante Tropical, abierto en el 97.

La instalación está rodeada de casas de renta y además de sitios que visitan mucho los turistas, por eso nos ha golpeado tanto la ausencia de vacacionistas, explica el presidente de la cooperativa.

Palacios rememora los años de la administración Obama, cuando tras el restablecimiento de las relaciones bilaterales, aumentó la llegada de turistas y los negocios privados florecieron.

Pero más allá de remembranzas, el recrudecimiento del bloqueo, unido ahora al impacto de la pandemia, tiene una dura expresión en el emprendimiento privado, un sector también en la mira del agresor.