En la noche  se reeditará simbólicamente el incendio de Las Tunas, decidido por el prócer Vicente García González al no poder sostener la ciudad tomada por varios días.

Desde hace 142 años, el hecho ocurrido el 26 de septiembre inmortaliza la frase del patriota referida a que prefiere ver a su tierra natal quemada antes que esclava, y ordena comenzar el fuego justo por su propia casa.

El historiador de la ciudad, Víctor Marrero Zaldívar, destaca que la toma de la ciudad de Las Tunas es de las pocas ocurridas con el uso de arma blanca, al enfrentar primero a cuchillo a los españoles refugiados en la iglesia, y continuar luego a machete.

Los insurrectos preparan el asalto desde el 22 de septiembre, reunidos en el potrero Horrmiguero, de donde salen en la madrugada y entran por tres lugares distintos hasta tomar palmo a palmo la ciudad.