Él es presidente del CDR número 1, de la zona 27, en Plaza de la Revolución, y asegura que en el barrio habanero de La Timba, en estos duros tiempos de pandemia, han adecuado las funciones de los CDR a ese contexto.

Por ejemplo, acercando insumos a personas vulnerables y casos positivos a la COVID-19 ingresados en sus hogares, precisa Frank Carlos.

Los CDR son el barrio, es una forma de organizar el quehacer del pueblo dentro de la comunidad, refiere Porras, y nos habla de desafíos que considera, tiene la mayor organización de masas del país en su aniversario 61.

Impulso renovador

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Desde su perspectiva como dirigente cederista en la base, Frank Carlos Porras afirma que el reto es cómo reinventarnos la revitalización de los CDR, que tiene en su esencia más noble acompañar a la familia cubana, estar codo a codo, participando de forma activa en los procesos económicos y sociales.

El joven, quien dirige el CRR 1, en la zona 26, en Plaza de la Revolución, asegura que en el barrio de La Timba, donde trabajan para materializar muchos sueños y necesidades, los cederistas son protagonistas en las transformaciones que se acometen.

Tenemos que convocar más a los jóvenes, combatir la apatía, subraya quien destaca que dirigir un CDR lo ha dotado de poder canalizar el deseo de hacer el bien.

Porras organiza un proyecto de desarrollo local, llamado Entimbalao, para contribuir a generar calidad de vida en La Timba, tema sobre el que volveremos en otro matutino.

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