La Paz, Bolivia.  Poco más de seis meses ha transcurrido desde que Luis Arce asumió la presidencia de Bolivia y su gobierno asumiera la tarea de revertir los daños causados al país por el gobierno de facto.

Entre las promesas de campaña del mandatario figuró como prioridad la recuperación económica y la crisis sanitaria provocada por la pandemia, entonces los problemas más urgentes para la población que vio su nivel de vida desplomarse entre escándalos de corrupción, privatización de empresas y recursos, y endeudamiento del país.

La balanza comercial muestra un comportamiento positivo al registrar un superávit de 638 millones de dólares acumulados de enero a mayo, de acuerdo con el Banco Central de Bolivia.

En cuanto a la salud también son apreciables los logros, en especial el mejoramiento y ampliación de la infraestructura, y el avance de la campaña de vacunación que comenzó en enero.