La profesora Carmen Rosa Rodríguez forma parte del grupo de docentes que cada día llevan las teleclases a los hogares cubanos.

Dar clases por televisión es un gran y nuevo reto, porque estamos acostumbrados a la tiza, la pizarra y la presencia de los niños, dice esta mujer quien desde hace 39 años está ligada a la enseñanza.

Es casi imposible descubrir que es la primera vez que la profesora se sienta ante una cámara de televisión, pues demuestra soltura y seguridad a la hora de impartir los contenidos de Historia de Cuba.

Ella es metodóloga nacional y trabaja en el Ministerio de Educación, pero ante la necesidad de asumir la nueva tarea no lo dudó y volvió a dar clases, aunque de una manera insospechada.

Lo más complicado es preparar una clase a la altura del promedio de los estudiantes del país, explica la maestra.

Esfuerzo extra

El Canal Educativo acumula más de 300 teleclases en vivo que han ocupado más de 490 horas de transmisión, una labor que ha demandado un esfuerzo extra.

Las condiciones han sido realmente excepcionales, pues hemos tenido que trabajar con el mínimo de personal para cumplir las medidas sanitarias, asegura la directora del Canal, Aniuska Riquenes.

La directiva señala que la única diferencia que ha tenido el sistema educativo cubano por estos días es que los niños no están en las escuelas, sino en las casas, pero el proceso educacional ha continuado desde los domicilios.

A ese empeño también se han sumado Tele Tebelde y Cinesoft, dos instituciones que junto al Canal Educativo han ayudado a la sostenibilidad de la enseñanza en todos los niveles en estos duros tiempos de pandemia.