La Habana, Cuba. – El enfoque preventivo de la orientación familiar, es clave para transformar los problemas que pudieran presentarse en el hogar y que inciden en el desarrollo integral educativo de los niños.

La reflexión, sensibilización y asunción responsable de las funciones familiares, desde el ejercicio de los diferentes roles que integran el hogar, son acciones encaminadas a propiciar el crecimiento personal de cada uno de sus integrantes y sobre todo de los niños.

La familia es la base para el desarrollo educativo de los hijos y cada miembro tiene el deber de mostrar a los pequeños, positivos patrones que guíen su comportamiento diario en la sociedad.

Pero según aclara un estudio realizado por la Universidad de Camagüey, también es menester de las instituciones educativas, orientar acertadamente a las familias para garantizar una buena actitud en el educando mediante dinámicas participativas y amenas.

La escuela, guía de la familia

La relación escuela-familia se ha institucionalizado como norma en cada centro escolar cubano y se actualiza conforme con el perfeccionamiento continuo del sistema educativo, de acuerdo con los principios básicos de desarrollo socioeconómico del país.

Un estudio realizado por la Universidad de Camagüey enfatiza la importancia de potenciar en las instituciones educativas el estudio de la convivencia familiar, pues los datos demuestran que en la actualidad no se han resuelto todos los problemas que repercuten en el ámbito escolar.

Para ello debe reforzarse una estrategia pedagógica que priorice la atención a la diversidad como principio fundamental a considerar en las diferentes acciones.

También se debe tener en cuenta la flexibilidad de las acciones ante las necesidades de cada familia y el carácter comunicativo para una correcta relación padres-escuela.