La Habana, Cuba.- Cuentan que cuando  Wifredo Lam tuvo que salir de España por la persecución que sufrió al combatir al lado de los republicanos en la Guerra Civil Española, llevaba en el bolsillo de su chaqueta una carta de recomendación para Pablo Picasso.

Pablo Picasso

En el París de 1938 fue el encuentro entre el español y el cubano, entre quienes surgió de inmediato una simpatía y admiración mutua.

Cuál no sería la satisfacción de Lam cuando el consagrado artista, tras apreciar algunos cuadros exclamó: ¿Eres un pintor, un verdadero pintor?; a partir de entonces surgió una gran amistad y un año después expusieron juntos en Nueva York.

La cercanía de las tropas hitlerianas, que avanzaban por Francia, obligó a Lam y a un grupo de 300 artistas a  salir del país en un barco, ocasión en que se dejó encantar por la cultura caribeña para crear obras trascendentes como La Silla.