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La Habana, Cuba. – No es posible comprender al líder histórico de la Revolución cubana,  Fidel Castro Ruz en su plenitud, si no se le entiende como un resultado particular de la cultura cubana y universal.

Así sostiene el doctor en Ciencias Históricas José Novoa Betancourt, profesor e investigador auxiliar del Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad, adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Holguín.

Llevar adelante un proceso de cambios políticos en medio de la Guerra Fría liderada por Estados Unidos y el dogmatismo y los errores del Socialismo –por entonces en boga-, requería a un hombre viril junto a una personalidad de pensamiento con capacidad comunicativa; un hombre que desde la cultura y por la cultura, redefiniera un modelo con todos los cubanos patriotas y para el bien socialista de todos, apunta el historiador.

Revolución: Más cultura y más arte

El doctor en Ciencias Históricas, José Novoa Betancourt, subraya que cuando se levantaron temores en el campo artístico sobre el papel de los intelectuales, Fidel se reunió con un grupo de destacados creadores en junio de 1961.

Al final del encuentro, definió las posiciones de la Revolución en un discurso conocido como Palabras a los intelectuales.

En la visión de Fidel, la Revolución significa más cultura y más arte; y en el plano estrictamente político, dos corolarios fundamentales: La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, al tiempo de aclarar el interés de la Revolución de contar con la mayoría del pueblo. Unapolítica que no ha cambiado porque la cultura es la Patria, escudo y espada de la nación, concluye José Novoa Betancourt.

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