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Carlos del Porto Blanco

Estos placeres violentos tienen finales violentos. Y en su triunfo mueren, como el fuego y la pólvora. Fray Lorenzo. Romeo y Julieta.

La sala teatro Hubert de Blanck, situada en avenida Calzada entre Ay B en El Vedado capitalino, está presentando un clásico de clásicos, la tragedia Romeo y Julieta de William Shakespeare.

El dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare, nació en Stratford-upon-Avon, Inglaterra, actual Reino Unido y fue bautizado el 26 de abril (según el calendario juliano)?o el 6 de mayo (según el calendario gregoriano) de 1564 y murió en el mismo sitio el 23 de abril?(según el calendario juliano) o el 3 de mayo (según el calendario gregoriano) de 1616). En ocasiones se le nombra el Bardo de Avon. Es valorado como el escritor más importante en lengua inglesa y como uno de los más célebres de la literatura universal.

Según la Enciclopedia Británica, Shakespeare es reconocido como el más grande de los escritores de todos los tiempos, figura única en la historia de la literatura. La fama de otros poetas, tales como Homero y Dante Alighieri, o de novelistas tales como León Tolstói o Charles Dickens, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare, cuyas obras hoy se leen y representan con mayor frecuencia y en más países que nunca. La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson, se ha cumplido, por tanto: “Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad”.

Existen muy pocos hechos documentados en la vida de Shakespeare, aunque es probable que naciera el 23 de abril de 1564. Lo que sí se puede afirmar es que fue bautizado en la iglesia de la Santísima Trinidad en Stratford-upon-Avon, Warwickshire, el 26 de abril de ese mismo año y falleció en ese mismo lugar el 23 de abril de 1616, el supuesto día en el que cumplió 52 años.

Shakespeare compuso tragedias desde el mismo inicio de su trayectoria: una de las más tempranas fue la tragedia romana de Tito Andrónico, siguiendo unos años después Romeo y Julieta. Sin embargo, las más aclamadas fueron escritas en un período de siete años entre 1601 y 1608: Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth (las cuatro principales), y Antonio y Cleopatra, junto a las menos conocidas Timón de Atenas y Troilo y Crésida.

Muchos han destacado en estas obras al concepto aristotélico de la tragedia: que el protagonista debe ser un personaje admirable pero imperfecto, con un público capacitado para comprender y simpatizar con él. Ciertamente, cada uno de los personajes trágicos de Shakespeare es capaz de ejercer el bien y el mal. La representación siempre insiste en el concepto del libre albedrío; el (anti) héroe puede degradarse o retroceder y redimirse por sus actos. El autor, en cambio, los termina conduciendo a su inevitable perdición.

Romeo y Julieta, La excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta, 1597 es una de sus tragedias. Cuenta la historia de dos jóvenes que, a pesar de la oposición de sus familiares, rivales entre sí, deciden casarse de forma ilegal y vivir juntos; sin embargo, la presión de esa rivalidad y una serie de fatalidades conducen a que la pareja elija el suicidio antes que vivir separados. Esa relación entre sus protagonistas se ha convertido en el arquetipo de los llamados amantes desventurados. La muerte de ambos, sin embargo, supone la reconciliación de las dos familias.

Se trata de una de las obras más populares del autor inglés y, junto a Hamlet y Macbeth, la que más veces ha sido representada. Aunque la historia forma parte de una larga tradición de romances trágicos que se remontan a la antigüedad, es una adaptación teatral del cuento italiano de Mateo Bandello, en concreto de la adaptación inglesa de ese realizada por Arthur Brooke, que se basó en la traducción francesa hecha por Pierre Boaistuau en 1559. Por su parte, en 1582, William Painter realizó una versión en prosa a partir de relatos italianos y franceses, que fue publicada en la colección de historias Palace of Pleasure.

Shakespeare tomó varios elementos de ambas obras, aunque, con el objetivo de ampliar la historia, creó nuevos personajes secundarios como Mercucio y Paris. Algunas fuentes señalan que comenzó a escribirla en 1591, llegando a terminarla en 1595. Sin embargo, otras mantienen la hipótesis de que la terminó de escribir en 1597.

La técnica dramática utilizada en su creación ha sido elogiada como muestra temprana de la habilidad del dramaturgo. Entre otros rasgos, se caracteriza por el uso de fluctuaciones entre comedia y tragedia como forma de aumentar la tensión, por la relevancia argumental que confiere a los personajes secundarios y por el uso de subtramas para adornar la historia. Además, en ella se adscriben diferentes formas métricas para los distintos personajes, que, en ocasiones, terminan cambiando de acuerdo con la evolución de los mismos personajes; por ejemplo, Romeo se va haciendo más experto en el uso del soneto a medida que avanza la trama. La tragedia ha sido adaptada en numerosas ocasiones para los escenarios, el cine, los musicales y la ópera.

La representación comienza con una disputa callejera entre los Montesco y los Capuleto. El príncipe de Verona, Della Escala, interviene entre ellos y declara un acuerdo de paz que en caso de ser violado habría de ser pagado con la muerte. Después de los sucesos, el conde Paris —pariente del príncipe Escala—, se reúne con el señor Capuleto para conversar sobre la idea de contraer matrimonio con su hija Julieta, pero el señor Capuleto le pide que espere durante un plazo de dos años más, tiempo tras el cual cumpliría quince años. Aprovechando el ofrecimiento, le sugiere que organice un baile familiar de carácter formal para celebrar tal acontecimiento. Mientras tanto, la señora Capuleto y la nodriza de Julieta intentan convencer a la joven de que acepte casarse con Paris.

En diferentes circunstancias, Benvolio habla con su primo Romeo —hijo de los Montesco—, sobre su más reciente depresión. Convencido de que la tristeza de su primo se debe al amor no correspondido de una joven llamada Rosalina —sobrina del señor Capuleto—, Benvolio le informa acerca del baile familiar de los Capuleto. Finalmente, Romeo acepta acudir sin invitación a la ceremonia, esperando encontrarse con Rosalina. No obstante, cuando llega al hogar de los Capuleto, se encuentra con Mercucio —pariente del príncipe Escala y amigo de Romeo—, este le cuenta el sueño que tuvo, pero Mercucio no le cree y le dice que trate de bailar adentro del baile familiar de carácter formal para celebrar el acontecimiento de los Capuleto. Cuando Romeo está adentro del baile, se encuentra con Julieta y se enamora perdidamente de ella. Julieta le pregunta a la nodriza sobre quién es él, a lo que ella le responde que es Romeo de la casa Montesco; lo que hizo quedar impactada por la belleza de Romeo. Tras concluir el baile, en la secuencia conocida como «la escena del balcón», Romeo se infiltra en el patio de los Capuleto y escucha secretamente a Julieta, quien está en el balcón de su dormitorio, admitiendo su amor por él a pesar de la hostilidad entre su familia y los Montesco. Romeo «toma la palabra», se sube al balcón y ambos empiezan a intercambiar promesas apasionadas. Después, Romeo se retira a toda prisa justo antes de que la nodriza de Julieta la llama.

Con el paso del tiempo, el joven comienza una serie de encuentros con la muchacha, hasta llegar al momento en que ambos deciden casarse. Con la asistencia de Fray Lorenzo, quien espera reconciliar a las familias rivales de Verona a través de la unión de sus hijos, al día siguiente del juramento de amor, los enamorados se casan en secreto. Ofendido por la intromisión de Romeo en el baile familiar, Teobaldo —primo de Julieta— reta al joven a un duelo. Sin embargo, Romeo evade el combate. Impaciente tanto por la insolencia de Teobaldo como por la «cobarde sumisión de Romeo», Mercucio acepta el duelo, aunque resulta mortalmente herido y muerto por Teobaldo. Dolido ante la muerte de su amigo, Romeo retoma el enfrentamiento y logra darle muerte al primo de Julieta. A consecuencia de lo anterior, el príncipe exilia al joven de la ciudad, reiterando que si regresa, «sería lo último que haría en su vida». Malinterpretando la tristeza de su hija, el señor Capuleto decide ofrecerla en matrimonio al conde Paris, intentando convencerla de aceptarlo como esposo y convertirse en su «feliz consorte». Finalmente, la joven acepta bajo la condición de posponer la boda, aun cuando su madre se niega terminantemente. Mientras tanto, Romeo pasa la noche secretamente en la alcoba de Julieta, donde ambos terminan consumando el matrimonio.

Julieta visita a Fray Lorenzo para pedirle sugerencias, y este conviene en ofrecerle una pócima que la induciría a un intenso coma con duración de cuarenta y dos horas. Una vez que la joven acepta llevar a cabo la farsa, el fraile le promete enviar un mensaje a Romeo, informándole sobre su plan secreto, por lo que podría volver cuando ella despierte. La noche anterior a la boda, Julieta ingiere la poción y sus familiares, al creerla muerta, depositan su cuerpo en la cripta familiar.

A pesar de su promesa incondicional, el mensaje de Fray Lorenzo enviado por Fray Juan, su compañero, nunca llega a Romeo y, en cambio, este se encuentra con Baltasar (uno de sus sirvientes), quien le informa de la repentina muerte de Julieta. Frustrado ante semejante noticia, Romeo decide comprarle al boticario de la ciudad un eficaz veneno, antes de acudir a la cripta donde se encuentra Julieta. Al llegar, se encuentra con Paris, quien momentos antes había estado llorando sobre el «cuerpo inerte» de su amada. Creyendo que Romeo es un saqueador de tumbas, el conde lo enfrenta, pero muere asesinado por Romeo, no sin antes decirle que su cadáver debe ser colocado con el cadáver de Julieta. Convencido todavía de que su amada está muerta, Romeo procede a beber el veneno para morir al lado de ella. Al despertar del coma inducido, Julieta se encuentra con los cadáveres de Romeo y Paris en la cripta; Fray Lorenzo le pide a Julieta que huya y se vaya a unirse a una organización de monjas, pero ella se niega; incapaz de hallar una solución a tales circunstancias, determina atravesarse el corazón con la daga de su esposo, muriendo abrazada de su amado. Tiempo después, los Montesco y los Capuleto, acompañados del príncipe, se percatan de la muerte de los jóvenes y del conde. Absorto por la trágica escena, Fray Lorenzo comienza a relatar la historia completa del «amor prohibido» entre Romeo y Julieta. Su revelación consigue terminar con la rivalidad entre ambas familias y el señor Montesco y el señor Capuleto están decididos a construir una estatua de oro de ambos.

Romeo y Julieta, finaliza con la elegía de Escala sobre el «amor imposible» de los jóvenes: «Nunca ha habido una historia más trágica que ésta, la de Julieta y su Romeo…

La puesta en escena de la obra por la compañía Hubert de Blanck, está dirigida por Fabricio Hernández, y destaca por un montaje contemporáneo donde destaca la música y el vestuario. Es una grata noticia que se repongan los clásicos de siempre en nuestras salas de teatro, hay muchos jóvenes que no han tenido la oportunidad de disfrutar de obras de Moliere, Shakespeare y otros. Ojalá esto sea el comienzo de temporadas de otras obras universales.