Un gran programa
Carlos del Porto Blanco
La danza es la metáfora favorita del mundo. Kristy Nilsson
El pasado fin de semana el Ballet Nacional de Cuba volvió a la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Esta vez fue un programa diferente cada día, un esfuerzo que ratifica la calidad de la compañía danzaría.
La programación se conformó con las obras “Después del diluvio”, todos los días para el inicio de la función y el grand pas “Paquita” para el cierre. Entre esas dos piezas cada día se bailaron otras dos obras. En el caso del viernes, el pas de deux de “El Corsario” y el pas de deux de “El Talismán”. El sábado, “Ballet 101” y “End of time” y el domingo pas de deux de “Esmeralda” y pas de deux de “Diana y Acteón”.
El programa de mano elaborado por Ahmed Piñeiro Fernández, señala que “Después del diluvio”, obra del coreógrafo cubano Alberto Méndez, se estrenó el 23 de octubre de 1981, en el Gran Teatro “García Lorca” (hoy Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”). Es una especie de “Divertimento coreográfico para bailarines” inspirado en “El carnaval de los animales”, suite musical en 14 movimientos, para orquesta, de Camille Saint-Saëns.
Este ballet apela a la imaginación del público, y admite tantas lecturas como espectadores la vean. No se trata, de una coreografía con un argumento o una historia específicos que posibilite una descripción literal. Tampoco es una obra para el lucimiento de una primera figura o una pareja de bailarines. En esa coreografía, Méndez resalta las posibilidades plásticas y expresivas del cuerpo de baile, a quien escoge como protagonista. Veinticuatro bailarines que sugieren un tiempo lejano —como de un país fábula—, que abarca criaturas y plantas de los cuatro elementos: el aire, la tierra, el fuego y el agua. Y en medio de todo eso, algo que es inherente a la poética del creador: el humor, que aquí se ofrece de manera muy sutil. Después del diluvio es no sólo uno de los títulos más imaginativos y notables de su creador; sino también, una de las coreografías más importantes de la danza escénica cubana.
Ambientado en la antigua India, el argumento de El talismán, coreografía de Piort Gusev, concebido según el gusto de la época de su estreno, podría ser resumido de la siguiente manera: Nirita, hija de la diosa Amravati, reina de los cielos, desciende a la Tierra, acompañada por Vayou, el dios del viento, para probar si puede resistir las tentaciones del amor terrenal. Si falla, perderá su derecho a la inmortalidad. Antes de partir, su madre le entrega un talismán sagrado en forma de estrella, que le permitirá regresar a casa mientras permanezca en su poder, y al mismo tiempo le insiste en que no puede establecer ninguna relación en el mundo de los hombres.
Una vez en la tierra, Nuréddin, el joven maharajá de Lahore, queda deslumbrado ante la belleza de la muchacha y le promete deshacer su compromiso nupcial con la princesa Damayanti, la hija del Rey Akdar. Muy emocionada, Nirita acepta la declaración de Nuréddin y también le jura fidelidad amorosa. En ese momento recuerda la advertencia de su madre, pero como se ha enamorado del joven, se deshace del talismán como máxima prueba de amor, pierde su inmortalidad y queda junto a su amado hasta el fin de sus días.
El talismán, se estrenó en el Teatro Imperial Mariinsky, de San Petersburgo, Imperio ruso, el 6 de febrero (Calendario Gregoriano) o 25 de enero (Calendario Juliano) de 1889.Este pas de deux se incorporó por primera vez al repertorio del Ballet Nacional de Cuba, el 8 de julio de 2000, en el hoy Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”. En esta ocasión fue interpretada por la solista Gabriela Druyet (debut en el papel), como, Nirita, y el primer bailarín Ányelo Montero, como Nuréddin.
La tercera obra interpretada fue “El corsario (Pas de Deux), una coreografía de Samuil Andrianov, Agrippina Vagánova y Vajtang Chabukiani. La acción de esta danza ocurre en la gruta de los piratas. Medora, prometida del corsario Conrad, y Alí, un esclavo, festejan el exitoso rescate de la joven y sus amigas, cuando pretendían venderlas como esclavas en el mercado. En su versión original, el ballet, inspirado en el poema homónimo de Lord Byron, se estrenó en la Ópera de París en 1856. El Ballet Nacional de Cuba lo incorporó por primera vez a su catálogo el 12 de noviembre de 1976, en el Teatro “Lázaro Peña”, de La Habana, durante el 5º Festival Internacional de Ballet. En esta ocasión los intérpretes fueron, los primeros bailarines, Grettel Morejón, como Medora y Yankiel Vázquez, como Alí, un esclavo.
“Paquita”, es una obra que en su première mundial se concibió como un ballet en dos actos y tres escenas. La coreografía inicial correspondió a Joseph Mazilier. Su estreno se produjo en la Ópera de París (Salle Le Peletier) el 1 de abril de 1846. La obra desarrolla una sencilla historia de amor, que transcurre en la España ocupada por Napoleón: Paquita, una joven proveniente de una familia de alto linaje, ha crecido y se ha desarrollado entre los gitanos, ignorando su verdadero origen. Se enamora de Lucien d’Hervilly, un joven y apuesto oficial francés, al que salva la vida en un complot criminal. Al final de la obra, tras varias peripecias, se descubre el verdadero origen de la supuesta gitana, y Paquita y Lucien, que se aman, pueden unirse en matrimonio.
El coreógrafo francés, Marius Petipa, realizó un primer montaje de la obra en Moscú, en 1848. posteriormente le realizó cambios. El estreno de la reposición de una versión definitiva se produjo el 9 de enero de 1882 en el Teatro Imperial Bolshoi Kámenny de Moscú, según el actual Calendario Gregoriano (27 de diciembre de 1881, según el Calendario Juliano). El estreno en Cuba se produjo el 24 de marzo de 1981, en el Teatro Principal, de Camagüey. En esta temporada los papeles de Paquita fueron asumidos por la primera bailarina Anette Delgado (viernes), la solista Gabriela Druyet (sábado), quien debutó en el papel y por la primera bailarina Grettel Morejón (domingo). El personaje de Lucien d’Hervilly, correspondió al primer bailarín Dani Hernández (viernes), el miembro del cuerpo de baile Alejandro Alderete (sábado) debutó en el personaje y el primer bailarín Yankiel Vázquez (domingo). Este ballet fue acompañado por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, con la conducción de su directora por Idalgel Marquetti.
El sábado 8 de marzo se bailó, “Ballet 101”, pieza que puede ser catalogada como un “curso intensivo de ballet”. El coreógrafo Eric Gauthier parte de las cinco posiciones básicas de la danza académica, codificadas en el siglo XVII por el bailarín y coreógrafo francés Pierre Beauchamp, y tomándolas como base, crea de forma humorística y divertida 100 posiciones, que se muestran y combinan al azar, con irónicas referencias a obras del repertorio tradicional y al estilo de famosos coreógrafos, para concluir de una manera inesperada. En 2007, ese ballet obtuvo los premios de la crítica y del público en el 21 Concurso Coreográfico Internacional de Hannover, Alemania. La obra tuvo su estreno en 2006, en la Sociedad Noverre, un prestigioso proyecto para jóvenes coreógrafos del Ballet de Stuttgart. En Cuba tuvo su debut el 6 de noviembre de 2010, en el Teatro Mella, durante el 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana. El en esta ocasión intérprete fue el primer bailarín Dani Hernández.
La pieza End of time, con coreografía de Ben Stevenson y música de Serguei Rachmaninov, fue creada en 1984 para el Concurso Internacional de Ballet de Tokio, Japón, en el que el coreógrafo obtuvo la Medalla de oro por la obra. En Cuba se estrenó el 27 de noviembre de 2010, en el Teatro Milanés, de Pinar del Río. Para concebir ese ballet, Stevenson se inspiró en el filme postapocalíptico y de ciencia ficción On the Beach (vista en algunos países de habla hispana como La hora final), de Stanley Kramer, a partir de la novela homónima de Nevil Shute. A la manera de una elegía, en un espacio devastado por la guerra y la muerte, el amor une a la última pareja de la civilización. Este sábado la obra fue bailada por la corifeo Carolina Estrada, que debutó en el papel y el estudiante en práctica pre-profesional Bertho Rivero.
El domingo 9 de marzo se bailó el pas de deux del ballet Diana y Acteón, una coreografía de Alicia Alonso, sobre las creaciones de Agrippina Vagánova y Vajtan Chabukiani. Este paso a dos muestra la rivalidad, en las artes de la caza, de esos famosos personajes mitológicos. Se ha creído tradicionalmente que este paso a dos fue coreografiado por Marius Petipa y añadido a su revisión de Esmeralda.
La obra esta, inspirada en la novela Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo, que Jules Perrot había coreografiado en 1844. En realidad, la coreografía sí fue concebida por Petipa, pero no para Esmeralda, sino para El rey Candaul, ballet de 1868. En 1935, el entonces Teatro Kirov, de Leningrado (hoy Mariinsky, de San Petersburgo), realizó un nuevo montaje de Esmeralda. El estreno en Cuba de Diana y Acteón se produjo el 31 de julio de 1977 en el entonces Teatro “García Lorca”, hoy Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”. La obra fue bailada por los primeros bailarines Anette Delgado en el papel de Diana y Ányelo Montero como Acteón.
En su versión original, Esmeralda, ballet romántico inspirado en la novela Nuestra Señora de París, con coreografía de Jules Perrot y música de Cesare Pugni, se estrenó el 9 de marzo de 1844, en el Her Majesty’s Theatre, de Londres, Inglaterra, Reino Unido. En 1886, Marius Petipa dio a conocer su primera versión coreográfica de ese ballet, que revisó en varias oportunidades (el estreno de la última reposición de Petipa se produjo el 3 de diciembre (entonces 21 de noviembre, según el Calendario Juliano) de 1899, en el Teatro Imperial Mariinsky, de San Petersburgo. A pesar de lo que suele repetirse con bastante frecuencia, lo que hoy se conoce como pas de deux de Esmeralda no fue creado por Petipa, ni tampoco tiene que ver con la versión original completa del ballet de Perrot.
Los orígenes de ese paso a dos son imprecisos, sin embargo, su fama comenzó a partir de que Nicolás Beriosov lo incluyera en el primer acto de su versión del ballet completo, estrenada el 14 de julio de 1954, por el London Festival Ballet (hoy English National Ballet). En los últimos años, este paso a dos se ha hecho muy popular por su constante presencia en Galas y concursos internacionales de ballet. Otra versión muy conocida es la que bajo el nombre de Esmeralda pas de deux concibió el coreógrafo inglés Ben Stevenson. Los interpretes fueron la corifeo Nadila Estrada, esta obra constituyó su debut profesional y el miembro del cuerpo de baile Alejandro Alderete.
Fue un fin de semana intenso para la compañía, pero ganaron el aplauso del público en cada función.