La Habana, Cuba. – La llamada Tarea Ordenamiento está a las puertas de la sociedad cubana y tomará cuerpo en pocos días. Es una medida dilatada, que se esbozó en el Sexto Congreso del Partido, en 2012, pero cuyas complejidades unidas a factores externos alargaron en el tiempo su aplicación.

El hecho de que impacte en todos los rincones del país obligó a los decisores a diseñar con cautela lo que es el cambio más profundo en la economía nacional desde 1959.

De inicio se pensó que en unos pocos años todo se podía implementar, pero la vida, que siempre es más rica que los planes, marcó un ritmo diferente porque este proceso se realiza en un país que tiene al Hombre en el centro.

Por tanto, había que mirar con lupa cada detalle, porque no es un ajuste neoliberal y por encima de todo hay que preservar a los más vulnerables.

Decisión cumplida

La desaparición del CUC, la unificación de la tasa cambiaria, la eliminación de excesivos subsidios y gratuidades indebidas y la transformación de los ingresos, son medidas que de una forma u otra entrarán  todos los hogares cubanos.

Se cumplirá de esa manera la decisión adoptada por el gobierno y el Partido en busca de la esperada prosperidad, un camino que pasa por convertir al trabajo en la fuente real del bienestar familiar.

Tras la implementación de esas medidas, el país entero estará en mejores condiciones para enfrentar un escenario en el que primará el concepto de la importancia del trabajo.

De esa forma, en abril llegaremos al Octavo Congreso del Partido con una vieja deuda saldada y sobre todo con un importante paso para ordenar el ambiente económico y de paso demostrar que sigue Cuba viva.