La Habana, Cuba. – Cuando se habla de ciberacoso estamos en presencia de un fenómeno que, aunque emergente, no constituye una operación de abuso de poder nueva.

Si bien existen muchas maneras de protegernos frente a ese envolvente flagelo asociado al ámbito de las tecnologías, existen miles de trucos sutiles para ejercer presión e intimidación a través de la red de redes.

Para muchos la internet es un escenario sin control, y para otros no hay modo de supervisar o fiscalizar lo que ocurre bajo el paraguas del ciberespacio. Sin embargo, más allá de estas consideraciones, es posible afirmar que sí existen mecanismos legales que pueden garantizar la protección a los ciudadanos frente a cualquier atropello o ataque en el escenario digital.

Justamente, el Decreto Ley 35 del año 2021 prohíbe la difusión de noticias falsas y la incitación a la violencia en el ámbito de las telecomunicaciones.

Ojo con nuestras conductas en las redes

Como nadie quiere ser víctima de ciberacoso ni tener que pasar por los malos ratos que implica un proceso legal ante un violador de nuestros derechos en las redes, lo mejor siempre será entablar nuestros propios mecanismos de precaución. Y así no tendremos que lamentar tanto.

Se recomienda aguzar el sentido crítico y ser muy cuidadosos al compartir información personal en internet. Es esencial la custodia de nuestros datos personales, especialmente de nuestra ubicación física, la dirección de nuestro domicilio y nuestro teléfono.

Esta sugerencia puede extenderse, asimismo, a toda la información gráfica que manejamos en nuestros perfiles, como fotografías y videos, los cuales pueden ser armas de doble filo en contra de nosotros mismos.

Ante todo, es recomendable no replicar las mismas actuaciones de los ciberacosadores a modo de respuesta.

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